La ultraderecha logra un notable avance en Holanda y podrá entrar en el Gobierno

INTERNACIONAL
Holanda celebró ayer las elecciones más novelescas de su historia reciente, al convertir a un partido de ultraderecha fundado hace sólo tres meses, que no tiene un líder ni un programa claro, en la segunda fuerza más votada del país.
15 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Los electores holandeses dieron un espectacular giro hacia la derecha al convertir el partido de Pim Fortuyn, el líder populista asesinado el pasado 6 de mayo, en el segundo partido de los Países Bajos. Los resultados de las elecciones generales celebradas en Holanda marcan un giro a la derecha del país y un fuerte voto de castigo a los partidos que formaban la coalición gubernamental, dos de ellos de izquierdas. Los democristianos del CDA fueron los principales vencedores al conseguir 43 escaños de los 150 que tiene la Cámara baja, seguidos del partido de populista de derechas asesinado, Pim Fortuyn, que obtuvo 26 asientos. Los resultados que proceden de la Comisión Electoral y fueron hechos públicos por la televisión nacional holandesa, aunque no serán oficiales hasta el próximo día 21, cuando este organismo los certifique. El partido de Fortuyn (LPF) nació hace apenas tres meses y ha conocido un ascenso espectacular, marcado por el asesinato de su líder el lunes de la semana pasada, lo que conmocionó a la opinión pública holandesa. Su espectaculares resultados han sido acogidos con preocupación por algunos de los líderes políticos, muchos de los cuales habían manifestado su intranquilidad ante la posibilidad de que un partido descabezado, carente de programa e integrado por personas sin ninguna experiencia política, pudiesen llegar al gobierno de coalición. El electorado ha castigado duramente a los laboristas del Pvda, que ha sufrido su mayor descalabro desde la Segunda Guerra Mundial, al conseguir sólo 23 escaños, frente a los 45 que tenía, lo que ha costado la cabeza a su líder, Ad Melkert, que poco después de conocer los primeros sondeos presentó la dimisión. Melkert reconoció que 'el mensaje del votante fue duro y claro Naturalmente nosotros asumimos los resultados', dijo el que había sido elegido como delfín por el primer ministro saliente, Wim Kok. Al igual que ellos, los otros dos partidos que integraban la coalición gubernamental, los liberales del VVD y el centroizquierda D66 han recibido el voto de castigo de los electores. El D66, que perdió seis escaños y se queda con ocho representantes, no tiene casi posibilidades de poder integrar la próxima coalición gubernamental. Sin embargo, el VVD, que pasó de 38 a 23 escaños podría formar parte del nuevo gobierno si las conversaciones para crear la coalición conducen a una unión de los partidos de derechas, como se espera. A pesar de ello, su líder Hans Dijkstal, estudiaba ayer presentar su dimisión. El líder del CDA, Jan-Peter Balkenende, consideró que los resultados son la muestra 'de que ha llegado el momento para hacer un nuevo tipo de política centrada en los contenidos'. El líder de los democristianos rechazó pronunciarse sobre la coalición gubernamental que podría formarse en las próximas semanas. 'Queremos una coalición que nos permita cumplir nuestros ideales y ya veremos con qué partidos es posible', dijo. Mientras, en el hotel donde los integrantes del LPF celebraban los resultados, dentro de la sobriedad por respeto a su líder asesinado, el número dos del partido, Joao Varela, daba por segura su entrada en el gobierno al señalar que podían aspirar a las carteras de Salud, Inmigración y Asuntos Internos. Desde el partido de Fortuyn, se lanzó la primera oferta para entrar a formar parte de la coalición gubernamental y su portavoz, Mat Herben, señaló la necesidad de lograr un 'amplio consenso para conseguir la estabilidad del gobierno'. En los próximos días se iniciarán las conversaciones para la formación del gobierno de coalición, que presumiblemente estará integrado por tres partidos. Con mucha probabilidad, el próximo viernes y siguiendo el procedimiento habitual en Holanda para estos casos, la reina Beatriz nombrará a propuesta del Parlamento un 'informador', que se encargará de dirigir las conversaciones. La jornada electoral en la que 12 millones de holandeses estaban llamados a las urnas se desarrolló sin incidentes, a pesar de que estuvo marcada por la conmoción tras el asesinato del Fortuyn y por unas medidas de seguridad desconocidas en Holanda durante la celebración de unos comicios.