
La familia del torero rechaza que el matador español Curro Martínez tenga que ver con la muerte El Ministerio peruano de Interior sospecha que el torero español José Reina Rincón, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado miércoles en la playa de Waikiki, en Lima, podría haber sido asesinado por alguno de sus amigos: su compañero de habitación, Curro Martínez, o el torero mexicano Antonio Bricio. La filtración de estas sospechas fue recibida con indignación por los afectados y en medios taurinos españoles. «Que digan esto es el colmo. Estoy deshecho. Me he quedado de piedra», dijo Martínez.
12 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.«La Policía peruana baraja la hipótesis de que el torero español podría haber sido asesinado por uno de sus amigos», afirmó Manuel Boluarte, asesor del ministro del Interior, Gino Costa, añadiendo que el día de su desaparición «Reina salió y entró del hotel Huaychulo dos veces, con ánimo eufórico según el testimonio del encargado del hotel». Según Boluarte, las declaraciones del diestro Antonio Bricio son contradictorias ya que en un primer momento dijo que vio a Reina «irse a las ocho de la noche camino de la lavandería y que luego desapareció». Luego, al aparecer el cuerpo de Reina, cambió de versión diciendo que «fue la última persona que estuvo con él y que habían salido a dar una vuelta y el torero se le pierde». Respecto a Curro Martínez, el asesor ministerial indicó que su rápido regreso a España «es un hecho sospechoso porque el caso no se había terminado de aclarar (...) Da la impresión de que huía. Hay una relación extraña entre su viaje a España, ocurrido el martes 9 de julio por la mañana, y la aparición del cuerpo horas después frente a la playa Waikiki». Aunque Boluarte aclaró que se trata meramente de «hipótesis que maneja la Policía», sus comentarios han levantado ampollas. Un portavoz de la familia de Reina, Diego del Moral, defendió a Martínez en Madrid, subrayando: «Curro es un chico español que está fuera de toda sospecha». José Pablo Sanz, apoderado del matador Ángel Gómez, calificó de «barbaridad y difamación» las hipótesis policiales. Y el vicepresidente de la Unión de Matadores de Toros, Luis Álvarez, opinó que la policía está «echando balones fuera (...) para limpiar la imagen de Perú». El cadáver de Rincón llegó ayer a Ciudad Real, en cuya plaza de toros fue instalada la capilla ardiente.