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El alcalde de París, apuñalado en el vientre por un homófobo

Fernando Iturribarría COLPISA | PARÍS

INTERNACIONAL

El agresor declaró ante la policía que no le gustan los homosexuales Bertrand Delanoë fue intervenido tras el ataque y su estado ya «no inspira inquietud»

06 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Un musulmán practicante, con antecedentes psiquiátricos, es el autor de la puñalada que la madrugada del sábado hirió de gravedad en el abdomen al alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, en medio de una fiesta popular en los salones municipales. Azedine Berkane, informático de 39 años en paro, declaró a la policía que actuó sin premeditación pero que le impulsó su animosidad hacia los políticos, en especial los homosexuales. Delanoë dio a conocer su homosexualidad antes de ser alcalde. La agresión se produjo hacia las dos y media de la madrugada en los salones del ayuntamiento, transformados en sala de conciertos y repletos de público. El alcalde, como de costumbre sin escolta, comprobaba con sus colaboradores el éxito de los festejos cuando sin mediar palabra un hombre se abalanzó sobre él y le asestó una puñalada en el vientre con una navaja de ocho centímetros. El agresor fue reducido por un concejal y entregado a la policía. «Sabía que no tenía que venir aquí», dijo, según explicó un testigo. Delanoë se desplomó pero no llegó a perder el conocimiento. «Estaba tranquilo, firme y con dominio de sí mismo. El alcalde insistió mucho para que la Noche Blanca continuara hasta el amanecer como estaba previsto», explicó Christophe Girard, teniente alcalde de Cultura y promotor de la fiesta. Trasladado a un hospital de París, fue intervenido quirúrgicamente durante tres horas y quedó ingresado en el servicio de cirugía general y digestiva donde permanecerá una semana. Las lesiones intrabdominales fueron tratadas con éxito y su estado no inspira inquietud, según el parte médico. Antecedentes psiquiátricos Berkane no está vinculado a los movimientos islamistas radicales y actuó sin cómplices, según apuntan los investigadores. Con antecedentes policiales por tráfico de estupefacientes a pequeña escala, a primeros de año había estado ingresado en un establecimiento psiquiátrico. «Tenía la pinta de ser un pobre tipo que comete un gesto estúpido de desequilibrado», observó Girard.