Los servicios secretos rusos investigan si es obra de los separatistas Popov, en estado muy grave, resultó intoxicado por un «veneno de origen desconocido»
28 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.El presidente interino de Chechenia, Anatoli Popov, fue hospitalizado ayer en medio de sospechas de que fue envenenado. Al cierre de esta edición se encuentra en un estado «muy grave» que no permitía evacuarlo a Moscú y requería una intervención quirúrgica. Fuentes militares rusas dijeron que los médicos que atienden a Popov le diagnosticaron una «intoxicación con un veneno de origen desconocido», lo que hizo a los servicios secretos investigar la posibilidad de que fuera envenenado por los separatistas chechenos. Mientras fuentes militares procuraban restar importancia a la intoxicación de Popov y se preguntaban si la culpa la tenía el requesón que había ingerido. Aunque inicialmente se planeaba trasladar a Popov a Moscú, su estado grave no lo ha permitido, y los médicos han decidido operarlo en una clínica militar local, dijeron las fuentes a Itar-Tass sin explicar qué tipo de intervención requiere el paciente. Gobierno descabezado Un grupo de médicos toxicólogos y especialistas en infecciones se desplazará a Grozni para asesorar a sus colegas, desde Mozdok, la mayor base aérea rusa en el Cáucaso Norte de donde despegan los aviones de guerra encargados de los bombardeos en Chechenia. Popov, de 43 años, es primer ministro y, provisionalmente, presidente de Chechenia hasta que tome posesión el ganador de los comicios presidenciales convocados por el Kremlin para el próximo domingo, en los que es favorito el líder pro-ruso de la región separatista, Ajmad Kadírov. El gobierno pro-ruso checheno ya informó del incidente a Kadírov, quien acababa de regresar a Moscú desde Estados Unidos, donde formó parte de la delegación que acompañó al presidente de Rusia, Vladímir Putin, a la sesión de la Asamblea General de la ONU. La intoxicación -o envenenamiento- de Popov ha decapitado formalmente al gobierno chechén una semana antes de los comicios, que el Kremlin considera claves para su proyecto de pacificación de la república tras la primera guerra de 1994-96 y la actual, que ya ha cumplido cuatro años.