El 90% de los jueces italianos secundaron el paro contra la reforma judicial de Berlusconi

Íñigo Domínguez ROMA

INTERNACIONAL

25 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El largo enfrentamiento entre el ministro de Justicia italiano, Roberto Castelli, y la magistratura culminó ayer con la segunda huelga masiva en dos años en todos los tribunales del país. El paro fue secundado por el 90% de los jueces y sólo en Roma se aplazaron 1.500 audiencias. Numerosas salas judiciales del país aparecieron vacías y las audiencias se redujeron a casos urgentes, a los procesos de personas arrestadas o a los delitos que están a punto de prescribir. Desde el Tribunal Supremo a los tribunales de primera instancia han dado un amplio y nítido rechazo a la reforma judicial que pretende aprobar el Gobierno de centroderecha de Silvio Berlusconi. Para Il Cavaliere se trata de una de las metas de la legislatura. En cambio, los jueces creen que lo que quiere es hacerlos más controlables, es decir, «amenazar su autonomía». Este conflicto no ha hecho más que enconarse desde que Berlusconi llegó al poder en junio del 2001 y anunció que se disponía a acabar con el excesivo poder que, a su juicio, poseen los magistrados. Los procesos que tiene a sus espaldas y los que le quedan pendientes no le han ayudado desde luego a mejorar su opinión al respecto. Los últimos cruces de acusaciones que han quedado en el aire resumen muy bien la atmósfera que reina en Italia desde entonces: hace unos meses el primer ministro llamó a los jueces «perturbados mentales» y el secretario de la Asociación Nacional de la Magistratura (ANM), Carlo Fucci, aseguró más tarde que el país corre el riesgo de «una deriva fascista». Apoyo de la oposición Nadie niega que hace falta una reforma de la justicia italiana, lenta, burocratizada y necesitada de personal, pero la ANM ha puesto en el grito en el cielo porque advierte un intento de «restar independencia a los jueces». La compleja reforma prevé separar las carreras de juez y fiscal, hasta ahora unidas, implantar un nuevo sistema de promoción por concursos y dar más poder al ministro de Justicia, en detrimento del Consejo Superior de la Magistratura. «Esta huelga demuestra que hay una oposición unánime contra la reforma», proclamó ayer el presidente de la asociación, Edmondo Bruti Liberati. En esta batalla, la oposición se ha colocado de parte de los magistrados. El ministro de Justicia, sin embargo, cree que la judicatura sólo quiere «mantener su estatus» y afirma que seguirá adelante con la ley. La judicatura ya ha prometido nuevas huelgas.