Seúl ordena la evacuación de todos sus civiles de Irak EE.UU. admite el error al divulgar la mitad de víctimas del terrorismo en el 2003
22 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Un grupo integrista iraquí cumplió su amenaza y decapitó a un rehén surcoreano que retenía desde hace cinco días para presionar al Gobierno de Seúl a revocar sus planes de desplegar 3.000 soldados en Irak el próximo agosto. La ejecución de Kim Sun Il, de 33 años, fue anunciada por el canal Al Yazira, que aseguró haber recibido un vídeo firmado por el grupo Monoteísmo y Yihad en el que se dice que el rehén había sido decapitado. Horas después, Seúl informó que el rehén había sido hallado muerto en una carretera. La noche del lunes había expirado el ultimátum dado por los secuestradores para que Corea del Sur anunciara que suspendía el envío de tropas a Irak. Sin embargo, ayer por la tarde, portavoces de la Embajada surcoreana en Bagdad confirmaron que los captores habían ampliado hasta fecha imprecisa el plazo para asesinar al rehén, gracias a la mediación de varios clérigos iraquíes. Kim Sun Il, predicador evangélico y traductor de árabe de una empresa que suministra víveres al Ejército norteamericano, fue secuestrado el pasado día 17 por Monoteísmo y Yihad que se presenta como extremista suní y que se supone en la órbita de Abu Musab al Zarqawi, considerado un hombre de Al Qaida. George W. Bush calificó como «bárbaros» a los autores de la decapitación y expresó su confianza de que Corea del Sur enviará miles de soldados más a Irak. Poco después, Seúl ordenó la evacuación de todos sus civiles, pero los militares seguirán desplegados a pesar del asesinato del rehén. El secuestro de Kim Sun Il se enmarca dentro de las acciones de violencia que se recrudecen en Irak según se aproxima la fecha para el traspaso de la soberanía. Al menos dos personas, una niña de ocho años y el guardaespaldas del ministro Adnán al Yanabi, murieron ayer al estallar un coche bomba en Bagdad. Corrección Por otra parte, Washington corrigió ayer al alza sus estadísticas sobre actos terroristas en el 2003, corrigiendo así un embarazoso error sobre un tema permanentemente esgrimido por la Administración Bush para justificar su política de seguridad o la invasión a Irak. El número de víctimas mortales del terrorismo internacional en el 2003 dobló a las que Estados Unidos había divulgado inicialmente en abril. El pasado año hubo 625 muertes en atentados terroristas, frente a las 307 anunciadas en el informe, según la versión revisada difundida ayer. El secretario de Estado, Colin Powell, aseguró que no se trató de una manipulación de las cifras por motivos políticos, sino que hubo una equivocación a la hora de contabilizar datos de los meses de noviembre y diciembre.