«Chávez perderá el referéndum por más de un 60% de los votos»

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor REDACCIÓN

INTERNACIONAL

VÍTOR MEJUTO

Exiliado primero en El Salvador, este militar ahora vive y trabaja en España. Voz cualificada de la oposición, tendría un papel relevante en una Venezuela post «chavista».

07 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Carlos Molina Tamayo fue el primer militar de alto rango que pidió públicamente la renuncia de Hugo Chávez como presidente de Venezuela. Su decisión prendió una mecha que hizo estallar una auténtica bomba en las Fuerzas Armadas, ya que muchos compañeros de filas decidieron tomar el mismo camino que este contralmirante de 49 años. Tras apoyar al breve gobierno de Pedro Carmona que apartó del poder a Chávez por 47 horas, tuvo que exiliarse en El Salvador, de donde decidió marcharse ante el acoso de los ex guerrilleros del Frente Farabundo Martí, defensores de la revolución bolivariana. Ahora vive y trabaja en Málaga y ha aprovechado el verano para conocer Galicia «que es la tierra de origen de muchos venezolanos», afirma. -El sí (a favor de revocar al presidente) va a ganar por una clara mayoría. Chávez va a perder el referéndum por un 60% de los votos como mínimo y hasta un 80% como máximo. -¿Y después? -Hay dos escenarios. Uno que Chávez sea coaccionado por la comunidad internacional, por los observadores que están allá y por la sociedad venezolana y acepte irse sin ningún trauma para el país. El otro es que, tras perder, Chávez declare que hay megafraude, como ya hizo cuando se recogieron las firmas para activar el referéndum, desconozca la voluntad de los venezolanos y haya una guerra civil, porque la gente se va a echar a las calles, ya que ésta es la última puerta democrática que tenemos para solucionar el conflicto. -¿Y si gana Chávez? -Ese es un supuesto negado. Yo creo que es imposible, pero si eso sucediera no cabría más que resignarse y esperar hasta el 2006, que son las próximas elecciones presidenciales. -Hay quien piensa que son los seguidores del presidente los que preparan un megafraude incorporando al censo de extranjeros adeptos al régimen. -Evidentemente, lo que es imposible es que Chávez gane limpiamente. Es cierto que está habiendo algunos movimientos extraños. Aún así, tiene muy difícil ganar el referéndum revocatorio. Desde que salió elegido, no ha parado de perder apoyo electoral. Del chavismo muchos han emigrado hacia la oposición, pero en esos vasos comunicantes hay una válvula de no retorno. Yo no conozco a nadie que haya pasado de la oposición al chavismo . Yo mismo soy un ejemplo. Yo fui uno de los que confié en Chávez y ahora estoy en la oposición. -¿Y qué pasó para que usted y muchos como usted hiciesen ese camino de ir desde el «chavismo» hacia la oposición? -Yo siempre digo que es una relación causa efecto. Chávez es una consecuencia de los anteriores gobiernos que no dieron respuesta al desasosiego del pueblo venezolano. Cuando se presenta a las primeras elecciones en 1998 era una alternativa a los partidos políticos tradicionales. Nunca nos podíamos imaginar que este hombre iba a resultar ser un demente de extrema izquierda, resentido hasta de su color, que nos iba a llevar a una guerra de clases, a una guerra de colores que nunca había existido en Venezuela. Yo no lo creía cuando me lo decían, pero luego se confirmó. Chávez resulta ser una vía de penetración de la extrema izquierda por la vía del Foro de Sao Paulo. -¿Qué ocurriría después de la caída de Chávez? -Se desmorona totalmente el chavismo y, debido a la voluntad democrática de la oposición, se dan los tiempos prudenciales para que se convoquen elecciones y se forme un gobierno de transición que dirigiría el país hasta el 2006, cuando habría nuevos comicios presidenciales. En mi opinión será un gobierno de conciliación, de unidad nacional, y que hará justicia, porque si bien es cierto que los venezolanos debemos conciliarnos, no lo es menos que hay personas que tienen causas pendientes por crímenes de lesa humanidad y de corrupción. -¿No teme que hacer justicia impida la conciliación? -En Venezuela hay una gran voluntad de conciliación. La gente está cansada de pelear. Hay esa voluntad, que yo comparto, de pacificar el país por la vía democrática. Lo que no se puede es dejar de hacer justicia cuando hay causas pendientes tan graves. La sociedad venezolana no lo permitiría. -A usted se le sitúa como una de las posibles cabezas visibles de ese gobierno de transición. -Los que hemos tomado algún liderazgo en esta lucha democrática somos totalmente conscientes de que Venezuela no necesita un líder demagógico y populista. Necesita un nuevo gobierno donde haya gerentes que pongan el país a producir porque, a diferencia de otros países, Venezuela no tiene problemas económicos, tiene problemas de mala administración. No obstante, habría que aplicar algunos planes inmediatos para luchar contra la delincuencia, que campa a sus anchas, y contra la pobreza.