El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha ofrecido una buena parte de la producción petroquímica de Venezuela, quinto mayor productor del mundo de petróleo, a China, un gigante económico muy necesitado de energía, en el transcurso de su visita oficial al país asiático. «Es bueno que sepan que hace más de cien años que producimos y exportamos petróleo, pero fueron cien años de dominación de Estados Unidos, ahora somos libres y lo ponemos a disposición de la gran patria china», subrayó Chávez en una reunión mantenida el pasado jueves con empresarios en Pekín. «Las calles de Nueva York están asfaltadas con nuestro petróleo», destacó el mandatario venezolano respecto a la actual dependencia de EE.UU., dado que el 60% del petróleo que exporta Venezuela se dirige al país norteamericano. Sin embargo, aclaró que Caracas no dejará de ofrecer petróleo a los estadounidenses, sino que lo que desea con la operación es diversificar los clientes: «les seguiremos vendiendo, pero no solo a ellos», subrayó. Chávez propuso a Pekín ayuda para crear su reserva estratégica de crudo. Entre sus ofertas están la apertura de 15 pozos «maduros» (reservas que ya tienen prospecciones), cuya producción total será de mil millones de barriles, y acelerar la construcción de un segundo módulo de una planta de orimulsión (un derivado del petróleo), que cuenta con inversión china. Ese mismo jueves, se ganó sin obstáculos a la elite académica pequinesa al declararse bolivariano, cristiano y maoísta. Ayer, en su última día en Pekín, Hugo Chávez se reunión con su «viejo amigo» el ex presidente Jiang Zemin. Aunque el día anterior también alardeó de su amistad con el nuevo líder chino, Hu Jintao.