Bush tiende la mano a la UE para abrir una «nueva era» de diálogo

INTERNACIONAL

El presidente norteamericano evita las referencias a España en su discurso oficial Su cita con Chirac intenta poner fin a las diferencias sobre Irak, aunque con la vista puesta en Irán.
21 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.El presidente George W. Bush calentó ayer los motores de la doble cumbre que hoy mantiene con los líderes europeos, primero en la OTAN y después en el Consejo de la UE, tendiendo la mano para inaugurar una «nueva era» de cooperación entre ambos lados de Atlántico. El nuevo clima de reconciliación quedó gráficamente plasmado en la cena oficial que Bush celebró anoche con su homólogo francés, Jacques Chirac, con el objetivo de cerrar definitivamente la crisis de Irak. A primera hora de la tarde, el inquilino de la Casa Blanca fue invitado por el Gobierno belga a pronunciar un discurso en el Concert Noble, un lujoso palacio bruselense del siglo XIX. En su intervención, que duró una media hora, Bush citó al filósofo galo Albert Camus, fue interrumpido siete veces por los aplausos y aludió a varios países, aunque obviando en todo momento a España. El viaje de Franklin También se permitió una gracia, al recordar que, hace 200 años, el presidente norteamericano Benjamín Franklin fue recibido en Europa con un gran entusiasmo, hasta el punto de que la prensa de la época lo comparó con Voltaire o Newton. «He estado esperando una recepción similar -dijo Bush-, pero la secretaria [Condoleezza] Rice me dijo que debía ser realista». En cualquier caso, su discurso tuvo un tono conciliador y grandes promesas para el futuro. Algunas de este calibre: «Ningún debate temporal, ninguna diferencia pasajera entre gobiernos. Ningún poder sobre la Tierra nos dividirá nunca». Presentado por el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, que fue de los que más se opuso a la invasión de Irak, Bush respaldó «una Europa fuerte» para ayudar a Washington «en la dura tarea de promover la libertad en el mundo». No obstante, fueron asuntos como Irak, Irán y Oriente Medio los que acapararon la atención del discurso. Sobre el primer punto, pidió que la UE se implique de forma más «tangible» en la reconstrucción iraquí, un deseo que ayer se cumplió en parte con los compromisos de que la Comunidad incrementará en 200 millones de euros más su aportación a Irak y formará a casi 900 funcionarios iraquíes. Sobre Oriente Medio, el presidente norteamericano calificó de «gran oportunidad» el momento que vive la región y afirmó que su país no permitirá que «otra generación crezca en Tierra Santa entre la violencia y la desesperanza». También se detuvo en Afganistán, para agradecer el apoyo de Alemania, Reino Unido, Italia y Turquía en el envío de tropas, ignorando el medio millar de militares que también tiene España en la zona. Para la cena estaba previsto que Chirac y Bush hablaran más en extenso sobre Irak, si bien la prensa francesa advertía que el distinto prisma con el que Washington y París ven a Irán podría echar al traste con las buenas intenciones. Aun así, el diario Le Monde publicaba ayer que en lo que sí hay acuerdo es que el caso iraní «será, en los próximos meses, el que pondrá a prueba las relaciones euro-americana