El asesinato del gallego José Manuel Vilas sigue impune

Julio Á. Fariñas REDACCIÓN

INTERNACIONAL

El Colectivo de Familiares de Víctimas asegura que la instrucción judicial está en su etapa inicial y las fotos de la autopsia fueron difundidas en Internet por los chavistas

03 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

El único gallego en la lista de víctimas de la semana trágica de Caracas, fue retratado por un amigo segundos antes de recibir el impacto de dos disparos que acabaron con su vida. La imagen inferior delata a sus presuntos asesinos que la familia identifica como Policía Militar o agentes de la Guardia Nacional. Hace hoy un año en Venezuela concluía una semana negra que se cerró con 14 muertos, 1.000 heridos, cientos de detenidos, y casi una decena de desaparecidos. A este saldo trágico hay que sumar decenas de torturados y más de una veintena de periodistas agredidos. Su delito no era otro sino reclamar la reactivación del referéndum revocatorio para desalojar del poder a Hugo Chávez. Una de esas 14 víctimas mortales fue José Manuel Vilas Liñeira, nacido en Caracas hace 42 años e hijo de un matrimonio de gallegos oriundos del municipio coruñés de Val do Dubra. Un año después de que fuese abatido por dos disparos efectuados por la Policía Militar -denunciaron en su momento los familiares- la investigación judicial «sigue en su etapa inicial», según confirmó ayer desde Caracas a La Voz un portavoz del Colectivo de Familiares de Víctimas (Cofavic), que dirige Liliana Ortega. Vilas, oceanógrafo de profesión, trabajó durante 14 años en la gerencia de Ecología y Ambiente del Instituto Venezolano de Petróleo y fue despedido a raíz de la huelga petrolera del 2002. Como miembro del colectivo Gentes del Petróleo participaba en las protestas populares que sacudieron Venezuela. Versiones contradictorias Vilas Liñeira perdió la vida el 1 de marzo en la Urbanización los Castores, en San Antonio de los Altos (estado de Miranda) como consecuencia de dos disparos por la espalda efectuados, según la familia, por funcionarios de la Policía Militar o de la Guardia Nacional que participaron en la represión de una manifestación. La versión oficial de los hechos señala que la autopsia del cadáver de José Vilas -fotos de la misma fueron distribuidas en Internet por los chavistas, contraviniendo la legalidad vigente- reveló que la muerte se produjo como consecuencia de dos cartuchos de escopeta del calibre 12, una munición que no utilizan ni los militares ni las fuerzas armadas.