Blair impone una revisión de las prioridades de la Unión Europea

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro CORRESPONSAL | BRUSELAS

INTERNACIONAL

El futuro presidente de turno quiere un club más liberal y paralizar la unión política La marginación política de París podría agudizarse tras las elecciones en Alemania

18 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Europa se está preparando para ajustar su reloj a la hora británica. Tras la desastrosa cumbre que los Veinticinco celebraron este fin de semana en Bruselas, la Comunidad está carente de Constitución y de presupuesto, y sumida en «una crisis muy profunda», tal y como la definió el presidente en ejercicio del Consejo de la UE, el luxemburgués, Jean-Claude Juncker. Este es el escenario preparado por el primer ministro británico, Tony Blair, para imponer un cambio de rumbo a la construcción europea. Blair, que relevará a Juncker al frente de la Unión Europea el próximo 1 de julio, no está solo en su propósito. Países como Holanda, Suecia, Dinamarca e Italia lo respaldan para abrir un amplio debate refundacional que sirva para cambiar las prioridades de la UE. El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Gianfranco Fini, apuntó ayer que Europa precisa una nueva «perspectiva estratégica» antes de retomar las negociaciones para el reparto de fondos europeos durante el período 2007-2013. Debate fundamental Tony Blair explicará el próximo día 23 en Bruselas en qué consisten exactamente sus intenciones. Pero hace unos días ya dejó claro que «los ciudadanos no están satisfechos con la dirección tomada por Europa», por lo que hizo un llamamiento para abrir un «debate fundamental» que ayude a convertir esta crisis en «un momento de oportunidad». ¿Pero qué se cambiaría exactamente?. Por lo de pronto, quiere reducir la «estructura» del gasto europeo, que concede una especial relevancia a la Política Agrícola Común (PAC), de la que Francia y España son los principales beneficiarios. Se trataría de mimar más a la innovación tecnológica, la educación y la competitividad empresarial. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, no ocultó al término de la cumbre cuáles eran las intenciones de Blair, si bien advirtió de que esta reforma presupuestaria «quizás sea necesaria en el futuro, pero hoy todavía es muy prematura plantearla». Pero las intenciones del primer ministro británico no se paran sólo en el reparto presupuestario. El premier también abandera una concepción política de europea, enfrentada tradicionalmente con la visión franco-alemana que pretende avanzar hacia la unión política. El diario británico de The Times animaba ayer en un editorial al futuro presidente de la Unión en su tarea y, de paso, le indicaba el camino a seguir. Pelear por una «unión de socios que comercian libremente bienes y servicios y que delega la toma de decisiones en los Estados miembros». Es decir, nada de compartir soberanía. Sin duda, el debilidad del liderezgo europeo que representa Francia y su presidente, Jacques Chirac, algo que podría agudizarse si el canciller alemán, Gerhard Schröder, pierde el próximo septiembre las elecciones, deja a Tony Blair el camino despejado. En Downing Street anhelan unas prontas elecciones en Alamina y la victoria de la democristiana Angela Merkel, quien parece compartir con Tony Blair algunas ideas sobre la nueva dirección que debe tomar Europa.