El Gobierno israelí estudia adelantar la retirada de la franja de Gaza, cuyo inicio está previsto para el 15 de agosto, para evitar el enorme desgaste político que le causan las acciones de los radicales, como en el caso de la frustrada marcha de tres días que el miércoles abortó la policía y el ejército. El viceprimer ministro Ehud Olmert manifestó que el adelanto de la evacuación redundaría en beneficio de todos, y refiriéndose a la marcha dijo: «Confrontaciones como esa nos quitan un montón de energía, perjudican la vida cotidiana de todos los residentes y no ofrecen ninguna ventaja; por lo tanto yo estaría a favor de adelantar la retirada». Olmert no es el primer miembro del gabinete que se manifiesta en ese sentido. A principios de semana, el otro vicepresidente, Simon Peres, ya indicó que es partidario de la adelantar la evacuación con el fin de evitar que los radicales capitalicen políticamente sus acciones las próximas semanas. En medios políticos israelíes se comenta que con toda seguridad esta cuestión se abordará con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que ayer llegó a Tel Aviv y el viernes y el sábado se entrevistará con las autoridades israelíes y palestinas. Por otra parte, el primer ministro Ariel Sharon visitó el asentamiento judío de Ariel, en la Cisjordania ocupada, y prometió ampliarlo con el fin de que sea para siempre parte de Israel. Esto contradice la posición de Washington, que ha condenado la expansión de las colonias judías.