Lo sucederá su hermanastro Abdalá, que ya ejercía el poder, y Sultán será el príncipe heredero
01 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.El rey Fahd bin Abdel Aziz al-Saud falleció en la madrugada de ayer a los 84 años de edad en un hospital de Riad tras una larga enfermedad, diez años después de sufrir un derrame cerebral que lo inhabilitó para gobernar y lo postró en una silla de ruedas. El soberano de Arabia Saudí había sido ingresado recientemente en el hospital, afectado de una neumonía, y padecía además problemas respiratorios, tenía encharcados los pulmones y se le había practicado una traqueotomía. Su fallecimiento, aunque no es inesperado, sorprendió puesto que los últimos partes médicos que había facilitado el hospital indicaban que su salud «mejoraba». El rey Fahd será enterrado hoy por la tarde en unos funerales de estado en la capital saudí. Su sucesor será su hermanastro Abdalá, de 82 años, quien desempeñaba hasta ahora el título de Príncipe de la Corona, y en la práctica era quien gobernaba el reino. Abdalá fue elegido rey inmediatamente después de la muerte de Fahd por la shura (consejo consultivo), de la que forman parte los principales hermanos del fallecido, y que funciona de manera parecida a la shura que eligió a los primeros califas que sucedieron a Mahoma. El nuevo soberano designó sucesor a su hermano Sultán. El mundo en luto Las reacciones de condolencia en todo el mundo por la muerte del monarca no se hicieron esperar. El portavoz presidencial norteamericano, Scott McClellan, lo recordó como un «firme aliado de Washington». En España, el Rey Juan Carlos expresó «su sentida condolencia por el monarca saudí al que le unieron «estrechos vínculos de amistad». El Gobierno decretó un día de luto nacional y el ayuntamiento de Marbella, donde solía pasar sus vacaciones, tres días. Esta ciudad lo nombrará hijo adoptivo.