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Desilusión en Ucrania un año después de la revolución naranja

Ania Tsukanova KIEV

INTERNACIONAL

GENYA SAVILOV

La popularidad de Yushchenko cae en picado y aumentan las acusaciones de corrupción La economía se ha ralentizado y amenaza con bloquear la adhesión del país a la UE

20 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Un año después de la revolución naranja que lo llevó al poder, el presidente de Ucrania, Viktor Yushchenko, es testigo del declive de su popularidad y de la ralentización del crecimiento económico en un país que intenta posicionarse en Europa. «No perdimos la oportunidad de transformar Ucrania, pero el procedimiento es dolorosamente largo», dijo recientemente el ministro del Interior, Yuri Lutsenko. La rebelión pacífica no ha estado acompañada de milagros económicos o sociales, algo que decepciona a la población. Un gran número de ucranianos siguen viviendo en la pobreza y subsiste la corrupción. «Existe una grave ruptura entre las obligaciones morales del nuevo poder y la forma en que se comportan los políticos», indica el politólogo Vadim Karasiov. «La corrupción persiste -añade-, no se ha producido la separación entre el poder y el mundo empresarial». Llena de contradicciones, la política económica del Gobierno, que prometía revisar las privatizaciones realizadas por el antiguo régimen, ha desalentado a los círculos de negocios. El resultado está a la vista: el crecimiento económico fue del 2,8% en los diez primeros meses del año, frente al 12,3% del mismo período del 2004; y las inversiones extranjeras directas bajaron un 14% en el primer semestre con respecto al año anterior. «Uno de los errores más graves fue la reprivatización y el debate sobre la reprivatización. Eso detuvo la economía», sostiene Anders Aslund, especialista de las ex repúblicas soviéticas de la fundación Carnegie. Además, el equipo de gobierno se enfrascó en acusaciones mutuas de corrupción que terminaron en setiembre con la expulsión del Ejecutivo de Julia Timochenko, uno de los símbolos de la revolución, y la ruptura de esta dirigente con Yushchenko, cuando se acercan las elecciones legislativas de marzo del 2006. La avalancha de problemas y la falta aparente de voluntad política para resolverlos afectaron la imagen de héroe de la revolución de Yushchenko, cuya popularidad ha caído del 72,8% de opiniones favorables en abril al 50% en octubre. Pese a todo, la revolución impulsó a esta ex república soviética de 48 millones de habitantes hacia otro mundo. «Tenemos aquello por lo que luchamos, una prensa y una oposición libres, el resto vendrá después», sostiene Vira Nanivska, directora del Centro Internacional de Investigaciones Estratégicas en Kiev. Y la prioridad número uno de Yushchenko, la adhesión de su país a la Unión Europea (UE), parece avanzar. Ucrania debe obtener próximamente el estatuto de economía de mercado ante la UE e iniciar las negociaciones con Bruselas con vistas a liberalizar el régimen de visas para sus ciudadanos.