El apoyo abierto que ofreció el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al candidato nacionalista peruano Ollanta Humala ha causado malestar en el seno del Gobierno de Perú, que ha llamado a consultas a su embajador en Caracas. El Gobierno del presidente peruano, Alejandro Toledo, consideró el miércoles «una injerencia en los asuntos internos» de Perú las declaraciones de Chávez que, en una rueda de prensa ofrecida el martes pasado en Caracas, elogió a Humala y lo consideró «un Quijote». En la presentación ante la prensa, Chávez estuvo acompañado por el presidente electo de Bolivia, Evo Morales, y Humala apareció entre el público, acompañado por su esposa, Nadine Heredia. El apoyo de Chávez causó conmoción entre la clase política peruana, que lo consideró una intromisión y la confirmación de los vínculos entre el líder del Partido Nacionalista Peruano y el Gobierno de Venezuela. Elogios El gobernante hizo alusión a una sublevación que protagonizó en octubre del 2000 el entonces comandante del Ejército Ollanta Humala, junto a su hermano Antauro, también mayor del Ejército, contra el Gobierno del entonces presidente Alberto Fujimori. «Ollanta me contaba cómo un grupo de soldados tuvieron un gesto de rebeldía en un campo donde unas empresas transnacionales se habían adueñado de las riquezas de aquel hermano país», agregó Chávez. El jefe de Estado enfatizó que al candidato peruano le une el nacionalismo, la recuperación de los recursos naturales, el rescate de la soberanía, el combate a la amenaza del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y la exigencia de pedir respeto para «nuestros pueblos». En respuesta a estas palabras, la Cancillería peruana decidió llamar a consultas a su embajador en Venezuela, Carlos Urrutia, por considerar que las palabras de Chávez estuvieron vinculadas con la política interna peruana. Señaló, además, que los planteamientos de Chávez «no se condicen con el derecho internacional, las normas y principios del sistema interamericano que obligan a todos los estados democráticos a no intervenir en los asuntos internos de otros países». El Gobierno peruano reiteró, asimismo, «su firme compromiso» de celebrar las elecciones generales del 9 de abril próximo «de manera transparente y democrática, y respetando las normas internas que impiden la interferencia de terceros países en él».