Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Pekín censura a las geishas

Marga Zambrana PEKÍN

INTERNACIONAL

FIRMA

La tensión entre China y Japón llega al cine El Gobierno impide la proyección de una película en la que dos actrices chinas encarnan a la tradicional mujer japonesa que sirve al hombre

01 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Pekín ha decidido vetar de forma oficial la proyección en China de la superproducción de Hollywood Memorias de una geisha debido a la reacción social que ha suscitado la película por las tensiones diplomáticas que arrastra con Japón desde hace tiempo. «Hemos recibido una carta de las autoridades en la que dicen que han decidido posponer de forma indefinida el estreno debido a varios factores», declaró ayer Li Chow, directora general en China de Columbia Tristar Film Distributors, coproductora de la película junto a DreamWorks, de Steven Spielberg. China Film Group es la única institución autorizada a importar películas extranjeras en China, donde sólo aceptan la proyección de 20 cintas foráneas cada año en la gran pantalla. Las protagonistas de la película son las dos actrices chinas de mayor repercusión internacional, Zhang Ziyi y Gong Li, que junto con la malasia de origen chino Michelle Yeoh interpretan a tres geishas, por lo que el público se enfureció por considerar que esta antigua tradición artística japonesa es prostitución. «Cuando vi a Zhang Ziyi yaciendo bajo un japonés me hubiese gustado encontrar un agujero en el suelo donde meterme». Es una de las primeras reacciones, citadas por la prensa, de espectadores que vieron la cinta en copias pirata en DVD. «A todos los chinos se nos cae la cara de vergüenza», es otro de los comentarios. Los chinos recuerdan que durante la Segunda Guerra Mundial, Japón tomó a cientos de chinas como esclavas sexuales, y que los soldados japoneses violaron a decenas de miles de mujeres chinas en la masacre de Nanjing. De nuevo el mausoleo El estreno estaba previsto para el 9 de febrero, y justo esta semana la crispación entre China y Japón aumentó varios grados con la propuesta del primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, de proponer a su emperador que visite el mausoleo de Yasukuni, donde están enterrados 14 criminales de la Segunda Guerra Mundial. Las reiteradas visitas de Koizumi al Yasukuni han provocado la irritación de coreanos y chinos, que ven en estas visitas la falta de arrepentimiento por los crímenes de guerra cometidos por Japón durante su invasión de China, entre 1931 y 1945. La decisión de las autoridades chinas sobre la película ya fue anunciada la semana pasada por la prensa local, que citaba fuentes de la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión, aunque en su justificación para cancelar la película evitaron mencionar los conflictos con Japón. Desde que se supo que la película estaba en proceso de censura, estos departamentos han recibido a diario cientos de quejas del público, que pidió prohibir su proyección al sentirse ofendido. A pesar de esta actitud, nadie ha reaccionado contra las copias piratas de Memorias de una geisha que desde principios de enero se venden en toda China por el módico precio de un euro.