Crónica | Las reuniones secretas de los poderosos El magnate de los medios de comunicación, Rupert Murdoch, reunió a personajes tan dispares como Bono, Schwarzenegger, Aznar y Nicole Kidman en un seminario a puerta cerrada
03 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.¿Quién podría reunir bajo el mismo techo a Schwarzenegger y Paul Hewson (Bono, cantante de U2)? ¿O a José María Aznar y a Nicole Kidman? La respuesta es Rupert Murdoch, propietario del imperio de medios de comunicación News Corporation. El Hotel Spanish Bay, en la exclusiva zona de Plebbe Beach (San Francisco), ha sido esta semana la residencia común de celebridades y líderes mundiales tan dispares como influyentes. Desde el domingo, un gran número de famosos y poderosos han disfrutado, a cuenta de Murdoch, de cinco días de conferencias en las que se pretendía, según el jefe de prensa de News Corporation, Andrew Butche, que los dirigentes «vuelvan a casa más curiosos e informados sobre el mundo». Tanto la lista de los participantes de la convención como los títulos de las conferencias fueron filtrados en un documento de cinco páginas al diario Los Ángeles Times sin conocimiento de Murdoch, quien pretendía que la reunión se produjera en el más absoluto secreto. El anfitrión, Blair y el gobernador de California abrieron el ciclo de ponencias con la titulada «Lecciones de liderazgo». No llama la atención la presencia en Plebbe Beach de Aznar o de Blair. El presidente de las FAES y ex jefe del Gobierno español forma parte del consejo de administración de News Corp. y Murdoch anunció en julio que también le ofrecería al primer ministro británico un asiento en la mesa ejecutiva de su imperio informativo. Sorprende más la presencia de Al Gore y Bill Clinton. Al primero, los periódicos de Murdoch le perjudicaron en su cerrera por la presidencia en el 2000, y a Clinton lo crucificaron por el caso Lewinsky. También asistió el viceprimer ministro israelí, Shimon Peres, que mientras su país sigue bombardeando el Líbano, hizo un esfuerzo para acudir a la cita de Murdoch, hablar de «El islam y Occidente» y, tal vez, disfrutar de alguna de las interminables partidas de golf que se disputaron en Spanish Bay.