Bachelet prevé derogar el decreto ley de amnistía promulgado por Pinochet
INTERNACIONAL
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Reitera que el funeral por el ex dictador se hizo en la Escuela Militar para evitar una «batalla» Cree que el nuevo Chile comenzó con la democracia, no con la muerte del general
20 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.La presidenta chilena, Michelle Bachelet, insinuó ayer en un desayuno con los corresponsales extranjeros acreditados en Chile que tiene decidido anular o derogar la ley de amnistía que el general Augusto Pinochet promulgó en 1978. La dirigente añadió que «en los próximos días» realizará importantes anuncios sobre cuestiones de derechos humanos. Se trata de un autoperdón o ley de punto final, que fue dictada por el dictador para blindar judicialmente a los militares que habían cometido crímenes contra la humanidad desde el golpe de Estado de 1973. La anulación de esta norma es una de las principales reclamaciones de las víctimas de la dictadura. «No voy a entrar en detalles», dijo enigmáticamente Bachelet. Otro de los temas candentes en el país es el reciente funeral de Pinochet, sobre el que consideró que su decisión de realizarlo en la Escuela Militar fue acertada porque se evitó una «batalla campal» entre partidarios y adversarios del general. En respuesta a una pregunta de La Voz de Galicia, Bachelet dijo que su primer objetivo fue garantizar la «paz social» en Chile. «Lo que vimos en ese funeral lo hubiéramos visto igual si se hubiera hecho en el Cementerio General, con la diferencia de que allí hubiera habido un espacio para que se encontraran los sectores en pugna y esto se hubiera podido traducir en un hecho grave», explicó la mandataria. «¿Ustedes se imaginan en la calle a personas con ese nivel de emocionalidad encontrada?», se preguntó Bachelet mientras recordaba a los corresponsales las agresiones que algunos sufrieron durante esos días. «A mí hay mucha gente que me quiere y que no me quiere, pero lo único que deseo es que el día que yo me muera nadie en mi nombre destruya cámaras fotográficas, empuje a periodistas, o haga ninguna otra cosa de ese tipo», concluyó. La presidenta indicó que la decisión sobre el funeral no fue improvisada, sino que «estaba pensada desde hace muchos años», refiriéndose a su etapa como ministra de Defensa. «La verdadera situación es que no se le rindieron honores como jefe de Estado», destacó Bachelet, quien insistió en calificar a Pinochet como «una figura que dividió profundamente a los chilenos». Además de su interés por salvaguardar la seguridad pública, argumentó también el que hasta ahora había sido único motivo oficial sobre el funeral. «Si hay algo en lo que están de acuerdo todos los chilenos es que Pinochet fue comandante en jefe, designado por un presidente electo democráticamente», recordó en referencia a Salvador Allende, que antes del golpe de Estado había otorgado al general la jefatura del Ejército. «Hacía rato que no era un actor político relevante», dijo la mandataria socialista sobre el dictador, contradiciendo a algunos analistas internacionales que mantienen que Chile empieza un nuevo período con la muerte de Pinochet. «La nueva etapa la venimos construyendo desde que recuperamos la democracia», concluyó Bachelet.