Pinochet justifica en una carta póstuma el golpe de Estado contra Allende

Agencias SANTIAGO DE CHILE

INTERNACIONAL

Tales afirmaciones están contenidas en el documento «Mensaje a mis compatriotas».

24 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

El ex dictador chileno Augusto Pinochet justificó en una carta póstuma el cruento golpe militar que lo llevó al poder en 1973, pero lamentó los dolores que provocó, por lo cual, si se repitiesen las circunstancias de entonces, volvería a hacerlo, pero «con mayor sabiduría». Tales afirmaciones están contenidas en un «Mensaje a mis compatriotas», un documento póstumo que el ex gobernante de facto (1973-1990) dejó a los directivos de la fundación que lleva su nombre y que publica hoy la prensa local. Los directivos de la fundación decidieron que fuese publicado hoy, domingo, por constituir, a su juicio, «un mensaje de unidad hacia los chilenos» y por su valor histórico. El mensaje está dirigido a los chilenos «sin excepción» y Pinochet expresa su deseo de que sea difundido tras su muerte, ocurrida el pasado 10 de diciembre. «Quiero despedirme de ustedes con mucho cariño. Entiendo que esto parecerá incomprensible para muchísimos, pero es así. En mi corazón no he dejado lugar para el odio», afirma en el texto. «Amo a la Patria; amo a todos ustedes. Por amor se pueden hacer muchas cosas buenas y muchas malas. Acertadas y erróneas. Yo nunca imaginé entrar a la gran historia de mi país, pero así ocurrió», sostiene. Pese a señalar que no quiere hacer análisis mayores, lo que deja a los historiadores, afirma que en los años 70 el mundo estaba inmerso en la guerra fría y que Chile «empezó a arder y se encajonaba, sin escape» y que «se avecinaba a una guerra civil con miles de muertos». Tras considerar que una guerra es «lo peor que le puede ocurrir a una sociedad», Pinochet afirma que la «mayoría de la población se inclinaba por eliminar la imposición de una dictadura marxista», en alusión al gobierno de Salvador Allende. Agrega que hubo que actuar «con máximo rigor» hasta conjurar cualquier extensión del conflicto que se anunciaba, pues de lo contrario, la acción militar hubiese terminado en un fiasco, que habría «provocado en el pueblo por muchos años consecuencias negativas en extremo dolorosas». Sobre esa base, argumenta que fue preciso «emplear diversos procedimientos de control militar, como reclusión transitoria, exilios autorizados, fusilamientos con juicio militar». «En muchas muertes habidas y en los desaparecimientos de cuerpos es muy posible que no se logre jamás un conocimiento acabado del cómo o por qué ocurrieron», asevera. «No se puede descargar con simpleza la responsabilidad de un sinnúmero de extralimitaciones porque no hubo un plan institucional para ello. Los conflictos graves son así y siempre serán así: fuente de abusos y exageraciones», justifica. Sostiene en seguida que actuó «con rigor pero con mucha más flexibilidad que la que se me reconoce, por lo que yo siempre me refería a una 'dictablanda'». «¡Cómo quisiera que no hubiese sido necesaria la acción del 11 de septiembre de 1973! ¡Cómo hubiera querido que la ideología marxista-leninista no se hubiera interpuesto en la nuestra vida patria!», afirma Pinochet, bajo cuyo régimen hubo más de 3.000 muertos, un millar de desaparecidos, cerca de treinta mil torturados y más de 200.000 exiliados. «Cómo hubiese deseado que el presidente Allende no hubiere incubado en su ideario el propósito de transformar a nuestra Patria en una pieza más del tablero dictatorial marxista!», argumenta Pinochet. «Yo voy a misa y comulgo. Nunca dejo de pensar en las heridas abiertas», dice más adelante y asegura que le gustaría «andar en las calles, saludando, consolando, ayudando». « Mi destino es un tipo de destierro y soledad que jamás hubiera pensado, y menos deseado», agrega, pero en seguida se declara «orgulloso de la enorme acción que hubo que realizar para impedir que el marxismo-leninismo alcanzara el poder total». Su acción, acota, también estuvo encaminada «a que mi entrañable Patria fuera una gran nación». «De eso, nunca dudaré, sin una pizca de vacilación. De repetirse la experiencia hubiere deseado, sin embargo, mayor sabiduría», concluye. Según la fundación Pinochet, el texto original, escrito a máquina, será exhibido en un futuro museo que se proyecta levantar.