Será investido el 1 de enero para el período 2007-2011.
31 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reelegido en octubre pasado, será investido el 1 de enero para el período 2007-2011, en una ceremonia sobria y sin invitados extranjeros, debido a la «inconveniencia» de la fecha. Lula fue reelegido con el 60 por ciento de los votos y, según fuentes oficiales, decidió que su nueva investidura sea lo más sencilla posible y evitar así a los líderes extranjeros la «molestia» que supone un viaje a Brasilia el primer día del año. La única autoridad extranjera esperada es el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Massimo D'Alema, pero en carácter privado y como amigo personal de Lula. También mañana tomarán posesión de sus cargos los 27 gobernadores del país, elegidos asimismo en octubre pasado. Lula asumirá oficialmente su segundo mandato consecutivo en un acto previsto para las 16.00 hora local (18.00 GMT) en el Congreso. El jefe de Estado, el primero de origen obrero en la historia del país, llegará al Parlamento en un Rolls Royce «Silver Wraith» sin capota, que dejó de fabricarse en 1958 y que la reina Isabel II de Inglaterra donó al Gobierno brasileño en 1953. Según adelantaron fuentes oficiales, en el discurso de toma de posesión, Lula renovará su compromiso en la lucha contra el hambre y la miseria, su apuesta en la integración y su empeño en lograr un mayor crecimiento económico, a fin de mejorar la distribución de renta en un país con clamorosas desigualdades. En su último acto público antes de la investidura, Lula declaró el sábado que empezará su segundo mandato «en una situación muy privilegiada», por el fuerte respaldo popular logrado en las urnas. Los próximos cuatro años, en su opinión, servirán «para recoger todo lo plantado» desde que ganó las elecciones de 2002, con un porcentaje de votos similar al que obtuvo en octubre. Pese a ser el inicio de un gobierno, no habrá investidura de nuevos ministros, pues Lula ha decidido mantener intacto a su actual gabinete hasta febrero, cuando entonces sí renovará su equipo en función de la amplia coalición que está conformando desde octubre. Esa coalición, encabezada por el socialista Partido de los Trabajadores (PT), estará formada por otras siete formaciones de todo el espectro político, que han aceptado la oferta del presidente de integrar un gobierno de «amplitud». Los actos de mañana contrastarán notablemente con los celebrados el 1 de enero de 2003, cuando Lula tomó posesión de la Presidencia en medio de un júbilo pocas veces visto en Brasil y ante unas 500.000 personas que se congregaron para verle asumir el cargo. Esa vez también asistieron los presidentes de Argentina, Bolivia, Cuba, Chile, Uruguay, Perú, Venezuela, Portugal y Suráfrica, los primeros ministros de Suecia y Serbia, el Príncipe Felipe de Borbón, representando a España, y delegaciones de un total de 118 países. Las previsiones ahora apuntan a unas 30.000 personas, en su mayoría movilizadas por el PT, que se concentrarán en la Explanada de los Ministerios, una amplia avenida de Brasilia donde se sitúan todos los edificios del poder público. Al margen de los actos oficiales, está previsto que Lula se dirija a sus seguidores desde el Palacio presidencial de Planalto, frente al cual el PT ha instalado un escenario por el que desfilará una serie de conocidos cantantes populares. La única amenaza para la fiesta es el pronóstico del servicio meteorológico, que vaticina lluvias y fuertes temporales, aunque con una agradable temperatura de entre 24 y 30 grados. Tras su investidura, Lula ha anunciado que trabajará hasta el 5 de enero y que luego se tomará diez días de vacaciones en una playa del litoral paulista. Lula retomará sus tareas el 15 de enero, tres días antes de la cumbre semestral del Mercosur, que se celebrará en Río de Janeiro y será la ocasión propicia para que los líderes de los países vecinos le saluden por el inicio de su nuevo período presidencial.