Ban debuta al frente de la ONU en un «momento desalentador» en el mundo

Óscar Santamaría CORRESPONSAL | NUEVA YORK

INTERNACIONAL

JUSTIN LANE

02 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

Ban Ki-moon se estrenó ayer como secretario general de las Naciones Unidas con mucha «expectación, esperanza y promesas». No obstante, no ocultó la difícil tarea que tiene por delante: «Comienzo mis deberes en un desalentador momento en la agenda internacional, desde Darfur a Oriente Medio, pasando por el Líbano, Irán, Irak o Corea del Norte». Y, en una firme defensa del multilateralismo, afirmó que «ninguna persona, incluyendo al secretario general de la ONU, ni ningún país, por muy poderoso que sea, podrán resolver por sí mismos». El curtido diplomático, de maneras suaves y tono conciliador pero con fama de incansable negociador, subrayó como prioridades de su recién estrenado mandato de cinco años el contencioso nuclear con Corea del Norte y la espiral de violencia en la región sudanesa de Darfur. En el primer caso, se valdrá de su conocimiento de la zona para reimpulsar las llamadas negociaciones a seis y, respecto al segundo, anunció que pretende asistir a la cumbre de la Unión Africana que se celebrará a finales de mes. Pena de muerte Su debut al frente del organismo también se vio envuelto en una ligera polémica causada por la ejecución de Sadam Huseín. Preguntado por su opinión, el ex canciller surcoreano señaló que corresponde a cada país decidir sobre la pena de muerte y que, en el caso concreto del ex dictador, el Gobierno iraquí aplicó sus leyes. Sus comentarios sorprendieron a muchos, acostumbrados a la firme y clara postura de la ONU en contra de la pena capital. Por otro lado, de cara al interior de la organización, dijo que su principal tarea será restaurar la confianza perdida en ella y fijar altos estándares éticos. Más allá, Ban -el octavo secretario general en sus 61 años de historia- tendrá que relanzar el proceso de reforma, en especial la ampliación del Consejo de Seguridad. También deberá reorganizar su estructura administrativa para que sea más ágil, menos burocrática y más transparente. La ONU pasa por horas bajas, aquejada de una crisis de legitimidad y credibilidad y salpicada por escándalos varios. Ban, de 62 años, tomará las riendas de una organización presente en todo el mundo, que opera con un presupuesto anual de 5.000 millones de dólares y tiene 96.000 cascos azules en los cinco continentes.