El presidente de Bolivia, Evo Morales, propuso ayer la celebración de un referendo para revocar su propio mandato y el de los nueve gobernadores del país, la mayoría opositores, mientras ya son casi 350 las personas que están en huelga de hambre en su contra y por los «atropellos» a la democracia que, según la oposición, ha cometido Morales. En principio, los gobernadores aceptaron ayer someterse al referendo, pero pusieron reparos a las reglas de la consulta popular y a la supuesta intención de convocarla para desactivar la crisis política que afecta al país.
Morales detalló que hoy mismo enviará un proyecto de ley al Congreso para que este órgano convoque «rápidamente» a un referendo revocatorio, aunque no precisó el plazo.
«Si el pueblo dice que se vaya Evo, no tengo ningún problema, soy el más demócrata. El pueblo dirá quiénes se van y quiénes se quedan para garantizar este proceso de cambio», dijo el mandatario durante un mensaje a la nación desde La Paz.
Morales afirmó que quiere que se haga ese referendo revocatorio para comprobar si el pueblo apoya el «proceso de cambio» que su Gobierno impulsa y que, a su juicio, la oposición «conservadora» intenta frenar haciendo denuncias internacionales.
«Evo Morales jamás ha pensado perpetuarse», dijo el mandatario, al señalar que, en realidad, es el pueblo el que en diversas ocasiones manifestó su deseo de que gobierne por veinte o cincuenta años para garantizar un cambio con «justicia social». Los gobernadores de Santa Cruz, Tarija, Beni y Cochabamba, todos opositores a Morales, están en EE.?UU. para denunciar ante varios organismos lo que consideran actuaciones «ilegales» de Morales.
Ataque a un avión venezolano
Ayer, un avión militar venezolano que repostaba en el aeropuerto de Riberalta, al noreste de Bolivia, fue atacado con piedras por una turba encabezada por miembros de organizaciones civiles opuestas a Morales. Los manifestantes creían que la aeronave llevaba armas. Con consignas de «¡Basta de injerencia!» y «Sí, se puede», la multitud lanzó piedras al avión, que había aterrizado para reabastecerse de combustible, según la prensa local.
El avión se dirigía a la ciudad brasileña de Río Branco pero no obtuvo, por razones que se desconocen, autorización para repostar, por lo que optó finalmente por Riberalta, ciudad fronteriza con Brasil. La turba lanzó piedras y petardos, lo que obligó a la tripulación del avión a salir con rumbo desconocido. El presidente Morales se disculpó luego a nombre del gobierno boliviano «por esta agresión».
Un portavozde las fuerzas aéreas aclaró que la aeronave contaba con permiso de ingreso en su territorio y que no trasladaba armamento si no que venía a dejar repuestos y a 12 pilotos de helicópteros que operan en zonas de siniestros naturales en el país.