La victoria en la Cámara de Diputados dejó ayer un sabor agridulce a Romano Prodi. El motivo es que las más duras críticas llegaron de sus socios del Partido Democrático (PD), que lidera el alcalde de Roma, Walter Veltroni, su sucesor oficial y al que no le importaría tomar ya el relevo.
Para el secretario de los comunistas, Oliviero Diliberto, el «peor enemigo» del Ejecutivo ha sido la formación de Veltroni, en alusión a las numerosas rencillas internas que ha provocado la unión en un solo partido de gente de origen tan diverso como la Democracia Cristiana (DC) o el Partido Comunista. De la misma opinión es Roberto Villetti, jefe de los socialistas, quien acusó a Veltroni de ser él quien a provocado la crisis.
El PD nació de la fusión de El Olivo, de Prodi; la Margherita, de Francesco Rutelli, y los ex comunistas de Democracia de Izquierda, al que se unieron otros partidos. Desde su creación han sido evidentes las diferencias entre Veltroni y el jefe del Gobierno. Al alcalde de Roma le gustaría tomar el relevo del Profesore lo antes posible y no tener que esperar al fin de la legislatura, en el 2011, aunque antes tendrá que llegar a un acuerdo con Silvio Berlusconi para cambiar la ley electoral, una vez comprobado que con la actual ningún partido alcanza la mayoría necesaria para gobernar en solitario. La noticia de que el PD se presentaría sin sus aliados a unas eventuales elecciones fue acogida con frialdad entre los socios de la coalición.