El primer ministro explicó que el objetivo de la disculpa es «limpiar una gran mancha en el alma de la nación».
13 feb 2008 . Actualizado a las 10:29 h.Australia ofreció hoy una emocionada disculpa a los aborígenes y les pidió perdón por los errores y el daño causado durante décadas por los sucesivos gobiernos del país.
«Hoy damos el primer paso al reconocer el pasado y mirar a un futuro que incluya a todos los australianos. Un futuro en el que los australianos, cualesquiera que sean sus orígenes, tengan igualdad de oportunidades e igualdad de participación en la formación del próximo capítulo de la historia de este país», dijo el primer ministro Kevin Rudd en un mensaje retransmitido a toda la nación.
El laborista Rudd explicó que el objetivo de la disculpa es «limpiar una gran mancha en el alma de la nación», que es la llamada «Generación robada», un trozo de la historia de Australia cuya existencia negó durante años la Administración y que habla de más de 100.000 menores aborígenes separados de los suyos entre 1910 y 1970.
En 1995, una investigación parlamentaria concluyó que miles de niños y jóvenes aborígenes fueron separados por la fuerza de sus familias para reeducarlos y erradicar la raza aborigen. La investigación recogía las experiencias víctimas de aquellas políticas y algunos denunciaron que sufrieron abusos psicológicos y sexuales bajo el cuidado de instituciones o familias adoptivas.
«El padecimiento es agudo, grita desde las páginas el dolor, la humillación, la degradación, la pura brutalidad del acto de separar físicamente a una madre de sus hijos es un profundo asalto a nuestros sentidos, a nuestro sentido más elemental de humanidad», dijo Rudd.
«Como Primer Ministro de Australia, les pido perdón. De parte del Gobierno de Australia, les pido perdón. De parte del Parlamento de Australia, les pido perdón. Y les ofrezco esta disculpa sin reservas», manifestó Rudd a los supervivientes y a los descendientes de todas las víctimas de la «Generación robada».
Rudd habló del «silencio glacial, obstinado y ensordecedor de más de una década» y aseguró que «a partir de hoy la era de la negación ha terminado».
Al finalizar, el jefe del Gobierno aplaudió y saludó personalmente a representantes de la «Generación robada» invitados al Parlamento para la ocasión, y su acción fue celebrada de nuevo con gritos, abrazos, aplausos y lágrimas por los presentes y los espectadores a través de las pantallas gigantes instaladas.
El líder de la oposición conservadora, Brendan Nelson, también se dirigió a los parlamentarios, a los invitados y al público australiano, pero sus palabras fueron acogidas con silbidos y gritos de desaprobación, algunos de los asistentes salieron del hemiciclo del Parlamento, y la mayoría en la calle le abucheó.
Durante una década, los sucesivos gobiernos del conservador John Howard rechazaron ofrecer una disculpa oficial, y sólo la victoria de Rudd en las elecciones del pasado noviembre ha hecho posible el cambio de actitud de la Administración.
Nelson pidió hoy que no se juzguen los hechos del pasado con los valores del presente y consideró correcto que no se ofrezca una compensación económica a las víctimas de la «Generación robada» porque, en su opinión, el dinero no podría compensar el dolor que padecieron. Howard fue hoy el único líder del Gobierno que no asistió la acto histórico.
Rudd pidió que la declaración de hoy no se quede en un discurso lleno de emociones y se comprometió a trabajar para eliminar las discriminaciones y desventajas que sufren los herederos de la cultura viva más antigua de la Tierra.
Ofreció a la oposición que se una al Gobierno en un «Gabinete de guerra» para corregir el bajo nivel de escolarización de los niños aborígenes, las malas condiciones de salud, el alcoholismo, el difícil acceso al sector laboral y la falta de viviendas dignas.