Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Arabia Saudí tapó la corrupción real amenazando a Blair con Al Qaeda

Í. Gurruchaga / Corresponsal

INTERNACIONAL

Una de las mayores ventas de armas británicas del siglo XX derivó en comisiones y regalos multimillonarios.

15 feb 2008 . Actualizado a las 22:34 h.

Uno de los contratos de armas más caros del siglo XX -unos 60.000 millones de euros- fue firmado en 1985 entre el Gobierno de Arabia Saudí y British Aerospace(BAE), con ayuda de Margaret Thatcher.

Casi veinte años después, un periódico británico, 'The Guardian', publicó documentos que muestran que el príncipe Bandar bin Sultan, hijo del príncipe heredero, amigo de la familia Bush, ex embajador en Washington, recibió 1.500 millones de euros y un jet Airbus en concepto de comisiones y que una cantidad equivalente se ingresó en cuentas bancarias en Suiza.

La Oficia para Graves Fraudes(SFO) abrió una investigación sobre posibles sobornos. BAE intentó paralizarla por el riesgo que suponía para un nuevo contrato para proveer aviones de combate, por unos 6.000 millones de euros.

Riad también protestó. La investigación fue abortada, en diciembre de 2006, después de que el primer ministro, Tony Blair, escribiera una carta al Lord Abogado, ministro responsable de la Fiscalía del Estado, alegando razones de seguridad nacional para interrumpir la investigación.

Chantaje

Ahora, un grupo contrario al comercio de armas ha pedido al Tribunal Superior una revisión judicial de aquella cancelación y los documentos publicados durante el caso, que se ha visto en los dos últimos días, muestran que Blair escribió su carta días después de entrevistarse con el príncipe Bandar en Londres.

El director del SFO, Robert Wardle, afirma en una declaración jurada que llegó a la conclusión de interrumpir la investigación tras leer la carta de Blair y entrevistarse con el embajador británico en Riad, que le advirtió que los saudíes retirarían su colaboración para compartir información sobre terrorismo y que «se pueden perder vidas británicas en calles británicas», como en el 7-J.

Los jueces anunciarán su decisión, que sólo podría obligar a revisar la cancelación, en los próximos días.