Ban Ki-moon reclama contención a Pekín ante las protestas en el Tíbet

Agencias

INTERNACIONAL

18 mar 2008 . Actualizado a las 02:01 h.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer a las autoridades chinas que se contengan en su respuesta a las protestas en el Tíbet, donde han muerto al menos 13 personas y hay decenas de detenidos.

Ban transmitió ayer al Gobierno de China su preocupación por lo ocurrido, a través de su embajador ante la ONU, Guangya Wang, con el que mantuvo una reunión en la sede central de las Naciones Unidas.

«Insto a las autoridades a que se contengan, llamo a todos los involucrados a que detengan las confrontaciones y la violencia, y enfatizo la necesidad de una resolución pacífica», señaló el secretario general.

El máximo responsable de las Naciones Unidas aseguró que siente «una creciente preocupación» por la información que le ha llegado de «detenciones, violencia y pérdida de vidas», aunque agregó que no tiene datos exactos sobre cuántos muertos se han registrado.

Por su parte, China se defendió de quienes la acusan de haber reprimido violentamente las protestas. El Parlamento tibetano en el exilio la acusó de haber matado a cientos de personas, mientras la presión internacional aumenta a cinco meses de los Juegos Olímpicos.

El presidente de la región autónoma del Tíbet, Qiangba Puncog, responsabilizó de la violencia de los últimos días a «manifestantes tibetanos» que, según él, mataron a «13 civiles inocentes» en Lhasa, la capital. El gobernador no hizo ninguna referencia a las personas que podrían haber muerto a manos de la policía y del Ejército, como afirman grupos protibetanos.

El primer ministro tibetano en el exilio, Samdhong Rinpoche, dijo en Dharamsala, al norte de la India, que unas 100 personas han muerto en los disturbios en el Tíbet, mientras el Parlamento en el exilio en esta misma ciudad se refirió a la probabilidad de que hubiera centenares de víctimas mortales. «Es muy difícil precisar el número de muertos, pero pienso que se acerca a cien», dijo Rinpoche.

Puncog explicó que el Ejército solo intervino después de las protestas, provocadas, según Pekín, por los partidarios del Dalái Lama, líder de los budistas tibetanos exiliado desde hace 49 años en la India. El responsable de Pekín explicó que los policías no efectuaron ni un solo disparo apuntando a las personas, tan solo tiros al aire para dispersarlas. Sin embargo, los testimonios recogidos entre residentes y turistas señalan que sí hubo tiroteos entre el viernes y el domingo.

Plazo de entrega

Las autoridades chinas que dominan el Tíbet marcaron como plazo hasta la medianoche de ayer para que los tibetanos que participaron en los disturbios se entreguen, y advirtieron de que las personas que les den refugio serán castigadas.

Las informaciones sobre lo que realmente está pasando en Lhasa son pocas. Se sabe que la ciudad está cercada por el Ejército. Las autoridades chinas reafirman que la calma ha vuelto a la ciudad, pero desaconsejan a los turistas que entren en ella por razones de seguridad. Los periodistas necesitan un permiso especial para entrar.

Las protestas se propagaron a otras áreas de China, Nepal y la India. La ONU pidió al Gobierno nepalí que respete los derechos de expresión y asamblea, después de que la policía cargara ayer contra unos 200 manifestantes que protestaban pacíficamente frente a sus oficinas en Katmandú y causara heridas al menos a dos personas. En la India, la oposición abandonó el Parlamento en protesta por la débil reacción del Gobierno de Nueva Delhi a los sucesos en el Tíbet.