La oposición keniana rompe con el Gobierno y vuelve la violencia

Pedro González Lasuén

INTERNACIONAL

09 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las negociaciones entre el Gobierno de Kenia y el Movimiento Democrático Naranja (ODM) para la creación de la primera Administración de coalición en la historia del país quedaron suspendidas ayer a iniciativa del grupo opositor, al tiempo que estallaban nuevos incidentes de violencia en Nairobi.

El secretario general del ODM, Anyang Nyong'o, aseguró que las conversaciones con el Partido de Unidad Nacional (PNU) han sido canceladas hasta que «reconozca el acuerdo de reparto de poder al 50%, y el equilibrio de poderes entre el presidente y el futuro primer ministro».

Nyong'o respondió así a las declaraciones de Frances Muthaura, jefe del Servicio Civil keniano, en las que supeditaba todas las decisiones del primer ministro a las del jefe de Estado.

«Eso sería anticonstitucional e ilegal», afirmó Nyong'o, quien exigió la disolución del actual Gobierno a la espera de la creación de uno de coalición.

La formación del nuevo Ejecutivo fue acordado entre el ODM y el PNU con la firma del llamado pacto de Reconciliación Nacional, el 28 de febrero, bajo la égida del antiguo secretario general de la ONU Kofi Annan.

El ODM denunció asimismo la detención ayer de uno de sus diputados, Fred Kipondi, durante una operación del ejército.

Nyong'o aseveró que «el Gobierno está desarrollando una estrategia basada en la detención de partidarios y parlamentarios del ODM» para debilitar al partido mayoritario en el Parlamento. Y no confirmó si habrá un próximo encuentro entre el presidente Mwai Kibaki y el líder opositor y primer ministro designado, Raila Odinga.

Entretanto, en Kibera, barriada pobre de Nairobi, varios centenares de jóvenes partidarios de Odinga se manifestaron contra lo que consideran «una espera interminable e inaceptable», quemaron neumáticos y lanzaron piedras a los policías que llegaron para reprimirlos con gases lacrimógenos y bastones.

La falta de consenso ha convertido en papel mojado el acuerdo que logró poner fin a la violencia desatada tras el anuncio de los resultados de las elecciones de diciembre. La comisión electoral proclamó vencedor a Kibaki pese a las denuncias de la oposición, que acusó al Gobierno de fraude, lo que desató una oleada de violentos choques en los que más de 1.500 personas murieron y unas 400.000 tuvieron que huir de sus hogares.