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Londres elige hoy entre la arrogancia de Livingstone y la ambición de Johnson

Imanol Allende

INTERNACIONAL

01 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Inglaterra y Gales celebran hoy sus elecciones municipales, donde los votantes elegirán 4.000 concejalías en 159 ayuntamientos. Sin embargo, el interés de la jornada se centra en la elección del alcalde de Londres, cargo que se disputan dos hombres, el actual regidor de la metrópoli, el laborista y continuista Ken Livingstone, y el pretendiente conservador y renovador, Boris Johnson.

Los críticos con Livingstone dicen que ha sido su arrogancia - nunca se le ha oído pedir perdón- la que le ha hecho perder su carisma inicial. La primera vez que se presentó a alcalde, en el año 2000, lo hizo como independiente tras abandonar el Partido Laborista, que presentó a otro candidato. En las elecciones del 2004 ya lo hizo en el laborismo, pero tras criticar a su partido -«soy la única rata que regresa a un barco que naufraga»- logró de nuevo la alcaldía. Dicen que por oponerse a su partido en la guerra en Irak.

La derecha le ha criticado a Ken, el Rojo, -nunca ha ocultado sus flirteos con la izquierda del laborismo- la falta de modernización del metro y sus políticas contra el tráfico en el centro de Londres, como el canon para acceder en coche al centro o la subida de impuestos a los todoterreno. Pero reconocen que ha mejorado el sistema de autobuses y que han descendido los índices de criminalidad.

Livingstone, un hombre celoso de su vida privada, tuvo que hacer frente durante la campaña a las informaciones sobre su paternidad con tres mujeres distintas.

«No votes por un chiste»

Su último mensaje electoral es muy significativo: «No votes por un chiste, vota por Londres».

¿Por qué? Por el inesperado éxito en las encuestas del candidato tory , Alexánder Boris Johnson de Pfeffel, al que alguna prensa laborista califica de «racista, mentiroso, bravucón, difamador, un pijo privilegiado que oculta una agenda ultraderechista para Londres», como indicó ayer The Mirror .

Lo cierto es que Johnson hasta hace un mes era considerado poco más que un ex político en oferta. Fue alejado del partido tory por sus escándalos de faldas (tuvo dos amantes), sus apariciones frívolas en la televisión y por su defensa del colonialismo o de intervenir en Irak.

Johnson es un ex alumno del prestigioso Eton que perfiló su trayectoria ideológica bajo la sombra de Margaret Thatcher. Su mensaje de luchar contra la criminalidad y de cambio para combatir la corrupción del consistorio tras ocho años de gobierno laborista ha calado en el electorado, que ve cómo pierde brillo su actual alcalde.

Dicen que si Johnson busca la alcaldía de Londres es por su interés en ocupar en unos años el cargo de su actual jefe, el líder conservador David Cameron. Y ambición no le falta.

Sea quien sea, el próximo alcalde deberá preparar la ciudad para albergar los Juegos Olímpicos del 2012.