Díez Canseco considera que el juicio contra el ex presidente peruano está poniendo de relieve que fue el responsable de las matanzas de los militares a sus órdenes
03 may 2008 . Actualizado a las 02:06 h.En los años noventa su casa fue dinamitada, su coche incendiado, fue amenazado y espiado. Durante el juicio que se sigue contra Alberto Fujimori se ha sabido que el tristemente célebre destacamento Colina, que se dedicaba a secuestrar, torturar y asesinar a opositores políticos y actuaba a las órdenes del dictador peruano, estuvo a punto de eliminar al ex congresista, activista pro derechos humanos y fundador del Partido Socialista, Javier Díez Canseco.
-¿Cómo fue ese intento para asesinarlo?
-A comienzos del Gobierno de Fujimori, yo ya había entrado en conflicto con el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), cuando presidí la comisión que comprobó la existencia de espionaje telefónico a periodistas, políticos y diversas personalidades. Cuarenta y ocho horas después de presentar el informe mi casa fue dinamitada. Fue el primer atentando de una serie que vendrían a continuación. Años después el destacamento Colina, que no era clandestino, sino un grupo militar estructurado que actuaba a las órdenes del SIN, que rendía cuentas a Fujimori, tomó la decisión de eliminar al director del diario La República, al ex diputado Yehude Simon y a mí.
-¿Por qué no se consumó?
-La operación se abortó en el último minuto. En mi caso, la razón obedeció a un cambio en mi ruta, pero creo que lo que estuvo presente fue el coste político que hubiera tenido ese crimen.
-¿Fue Fujimori quien dio la orden de eliminarlo?
-Yo diría que la materia gris que estaba detrás era Vladimiro Montesinos, que cogobernaba con Fujimori, pero este ha sido siempre un personaje con mucha sangre fría, dispuesto a cualquier cosa, y era la cabeza de la cadena de mando del SIN.
-¿Cree entonces que dio el visto bueno?
-Creo que sí, que dio la orden para que me eliminaran. Además, yo ya había tenido problemas con él por haber apoyado a su entonces esposa Susana Iguchi, que fue la primera que descubrió la corrupción del Gobierno de Fujimori.
-Usted fue uno de los que con más fuerza denunció las violaciones de los derechos humanos en Perú.
-Por supuesto, he estado casi 28 años en el Congreso de Perú y he dedicado gran parte de mi trabajo a los derechos humanos desde que arrancó el terror de Sendero Luminoso, que fue respondido por el terror de Estado, lo que produjo 70.000 muertos. Durante el período de Fujimori me tocó investigar la matanza de Barrios Altos en el Senado, recibí el primer listado con los nombres del destacamento Colina de un informante e hice pública lo que hoy es una de las pruebas de la vinculación de Fujimori con ese grupo.
-¿Está aclarando el juicio la responsabilidad de Fujimori?
-Está evidenciando que las órdenes operativas de las acciones cometidas por el destacamento Colina, como las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, emanaban de la cúpula compuesta por Fujimori, Montesinos y el general Hermoza Ríos. También desnuda la estrategia de guerra sucia que replicó el terror senderista y del MRTA y que la eliminación extrajudicial de personas era práctica común.
-¿Hay pruebas para que sea condenado?
-Son más que suficientes para que sea condenado a 35 años y no a 30 como se piden.
-Su estrategia en el juicio consiste en hacerse el tonto.
-La defensa quiere mostrar a un presidente que era un sonso, un hombre al que manejaban, un títere que se dedicaba a atender los problemas de la gente más pobre. Quiere aparentar que tiene problemas de salud y se duerme en el proceso para generar compasión. Sin embargo, él se vanagloriaba de que, como dijo Pinochet, no se movía una sola hoja en Perú sin que él lo supiera y decía yo primero hago y después explico. Además, hay vídeos que lo incriminan.