«De verdad hermano mío, le pido perdón por el daño que he causado», dijo Raúl Agudelo, ex combatiente de las FARC, mirando fijamente a los ojos de Freddy Alexánder, cabo primero del Ejército colombiano que perdió la pierna derecha por una mina antipersona. Ambos hombres se dieron un fuerte abrazo antes de regresar cada uno a sus asientos.
Unos 700 disidentes de las FARC, que se encuentran presos en distintas cárceles del país, se unieron a las jornadas para exigir la liberación incondicional de los secuestrados que culminarán mañana, domingo, con manifestaciones en todas las ciudades colombianas. Por este motivo, aprovecharon para pedir perdón públicamente a los que sufrieron por su lucha.
En un emotivo acto que tuvo lugar en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Picota en Bogotá, los ex miembros de las FARC entonaron la canción Un millón de amigos , de Roberto Carlos, antes de ofrecer disculpas a cada uno de los soldados ya retirados debido a las lesiones que han sufrido en combate.
«Yo le perdono, porque cualquiera puede cometer un error y él está pidiendo perdón públicamente», explicó Freddy a La Voz. «Yo siento tranquilidad al saber que dejaron las armas», añadió. Freddy tuvo que abandonar la carrera militar en el 2006, después de perder la pierna. A pesar de que su vida dio un giro «de 180º», como dice él, ya se ha adaptado a su prótesis y está estudiando contabilidad.
Los disidentes de las FARC afirman que el secuestro es «el error más grave que ha cometido el secretariado» y no quieren formar parte de un acuerdo humanitario, en el se intercambiarían secuestrados por guerrilleros presos, opción que por otro lado, después del rescate de la franco-colombiana Ingrid Betancourt y otras 14 personas más, parece cada vez más lejana.