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Cameron invoca al espíritu de Thatcher para lograr el último empujón hacia Downing Street

Imanol Allende

INTERNACIONAL

02 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El líder conservador, David Cameron, utilizó su intervención de ayer en el congreso de su partido para despejar la imagen de novato que de él dio la semana pasada Gordon Brown, quien dijo que «no es momento para novatos» en plena crisis financiera. Para ello echó mano de todos los valores que definen el conservadurismo británico, incluido el «espíritu de la dama de hierro».

Pese a que su discurso estuvo dominado por la crisis y la pésima gestión de Brown para hacerle frente, Cameron aprovechó para piropearse y decir que posee el juicio, la personalidad y las dotes de liderazgo suficientes para reconstruir la economía, sanar una sociedad rota y gobernar. Y aseguró a los delegados y al país: «Soy un hombre con un plan, no una cura milagrosa». Añadió que lo que dijo Gordon Brown «es lo que siempre dice la gente cuando intenta detener el cambio».

«Carácter y juicio son más importantes que la experiencia y si el comentario de Brown hubiera sido tomado en consideración, nunca hubiera existido una Margaret Thatcher como primera ministra», dijo. «James Callaghan tenía una enorme experiencia, pero gracias a Dios lo cambiamos por Margaret Thatcher», añadió el dirigente conservador.