Las FARC buscan lavar su imagen y desairar a Uribe liberando rehenes

María Pérez-Pla

INTERNACIONAL

La senadora Piedad Córdoba, más cercana a Hugo Chávez que al presidente colombiano, sería la mediadora, pero este no acepta negociadores internacionales

23 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Parece que las FARC escucharon las peticiones de los colombianos para que los secuestrados pasen estas Navidades en casa, y aunque no serán todos y no será antes de Nochebuena, al menos seis de ellos se reencontrarán con sus familias a principios de año.

El pasado domingo a última hora, la agencia de noticias Anncol, vinculada al grupo guerrillero, publicó en su web un comunicado en el que anunciaba dos liberaciones: primero tres policías y un miembro del Ejército, y luego los políticos Alan Jara y Sigifredo López.

De cumplirse este anuncio serían liberados los dos últimos civiles canjeables, es decir, que podrían haberse beneficiado de un acuerdo humanitario a cambio de guerrilleros presos. Según varios organismos, las FARC aún tienen a unos 700 secuestrados extorsivos.

Alan Jara, ex gobernador del departamento del Meta, fue secuestrado en el 2001, cuando viajaba en un coche de la ONU, mientras que Sigifredo López es el único superviviente del secuestro masivo realizado en el 2002, cuando las FARC se llevaron a los doce diputados de la asamblea del Valle. Los otros once fueron asesinados en extrañas circunstancias en junio del 2007. Las FARC no han revelado la identidad de los miembros de las Fuerzas Armadas que serán liberados, pues aún retienen a 14 policías y a 8 militares.

No sería la primera vez que las FARC realizan un gesto unilateral de esta naturaleza. Lo hicieron a principios de año con seis de los secuestrados que fueron entregados al presidente Hugo Chávez. Más tarde, las malas relaciones entre ambos Gobiernos, los golpes asestados a las FARC por el Ejército y la operación en la que fue liberada Ingrid Betancourt y otros trece rehenes, paralizaron cualquier acción de buena voluntad de las FARC.

El grupo guerrillero contesta con el comunicado a una carta firmada por unos 100 intelectuales, políticos y periodistas colombianos liderados por la senadora Piedad Córdoba, quien hizo posible las liberaciones de principios de año.

La decisión es de Uribe

Una vez más, la pelota está en el tejado del presidente Álvaro Uribe, que hace unos días alertó sobre un nuevo «complot» de las FARC con el anuncio de una liberación, y ahora todos los ojos están puestos en las garantías que el Gobierno prestaría en materia de seguridad. Piedad Córdoba ya anunció que el mejor mecanismo sería «como la última vez», pidiendo ayuda a Hugo Chávez, lo que implica que Uribe tendría que permitir la entrada de funcionarios y helicópteros venezolanos además de comprometerse a no atacar en el radio de acción que indicaran las FARC.

Pero Uribe ya dijo que no acepta mediaciones internacionales y que para eso está la Cruz Roja.

La liberación sería la primera decisión importante tomada por el nuevo comandante de las FARC, Alfonso Cano, después de la muerte en marzo de Manuel Marulanda, alias Tirofijo .