Barack Obama está de vacaciones en Hawái y no será presidente hasta el 20 de enero. Esa es la razón, la segunda, no la primera, que esgrimen sus portavoces para explicar al silencio del presidente electo ante la ofensiva de Israel sobre Gaza. Su asesor, David Axelrod, declaró este fin de semana que Obama ha hablado con la secretaria Condoleezza Rice y que acudió a una reunión en una base naval cercana a su residencia vacacional. Pero, como ya anunciara, no hará ninguna declaración pública hasta enero.
Axelrod sí afirmó en sus declaraciones que «Obama trabajará muy cerca de los israelíes. Son un gran aliado para nosotros. El más importante de la región». La Casa Blanca señaló ayer a un único culpable de los ataques: Hamás. Sin embargo, el equipo de Obama ha tenido un cuidado especial en no señalar a ninguno de los contendientes como responsable de esta última ofensiva.
Los expertos se preguntan cómo piensa Obama intervenir en Oriente Medio. Aún no ha nombrado al asesor especial para la zona, aunque se barajan varios nombres: Denis Ross, Martin Yindik, Daniel Kurzner y Richard Holbrooke. Los cuatro son reconocidos expertos en el conflicto, pero también son judíos, por lo que el nombramiento de cualquiera de ellos sería visto con desconfianza por los países árabes. Y no hay que olvidar que la próxima secretaria de Estado, Hillary Clinton, es muy próxima a los intereses israelíes en EE.?UU.