Los hospitales de Gaza no dan abasto ante la avalancha de heridos y los más de 345 muertos en los ataques
30 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.La operación Plomo Fundido en la franja de Gaza será larga y es una «guerra total contra Hamás». Así de contundente fue el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, durante su comparecencia ante la Kneset (Parlamento) para hablar de la ofensiva que ya ha dejado, después de tres días de bombardeos, más de 345 muertos. Mientras, cientos de tanques cercan el territorio donde viven millón y medio palestinos a la espera de la orden de invadir.
«No tenemos nada contra los habitantes de Gaza, pero estamos comprometidos en una guerra sin tregua contra Hamás y sus aliados», declaró Barak, para luego añadir que lamentan la muerte de civiles: «No queremos dañar a mujeres, a niños, a hombres; y no impedimos la ayuda humanitaria», añadió. En un intento de acallar conciencias, el Gobierno de Tel Aviv permitió el paso de más de cien camiones con ayuda humanitaria a la franja de Gaza.
Varios diputados árabes acusaron al Gobierno de llevar al país a una guerra por motivos partidistas con el fin de ganar votos ante las elecciones de febrero.
En el tercer día de la ofensiva, los dirigentes israelíes recrudecieron sus declaraciones. El viceprimer ministro, Haim Ramon, afirmó que «el objetivo de la operación es derrocar el régimen de Hamás». «Después de la operación, no quedará ningún edificio de Hamás en pie», dijo, por su parte, el jefe adjunto del Estado Mayor, el general Dan Harel.
Hasta ahora, los dirigente israelíes afirmaban que el objetivo de la operación Plomo Fundido era terminar con los lanzamientos de cohetes palestinos desde la franja de Gaza, controlada por Hamás. Dejando claro que apoya a su aliado israelí, la Casa Blanca aseguró que Israel «deba actuar para defenderse» y que no pretende tomar el control de la franja de Gaza.
Movimientos diplomáticos
La secretaria de Estado de EE.?UU., Condoleezza Rice, habló por teléfono con dirigentes mundiales y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que calificó de inaceptable la escalada de violencia. Por su parte, los ministros de Exteriores de la UE se reunirán hoy en París con carácter urgente para analizar la situación, convocados por la Presidencia gala.
Tras una serie de bombardeos nocturnos, la aviación israelí lanzó nuevos ataques ayer que destruyeron principalmente la oficina del primer ministro del gobierno de Hamás, Ismael Haniya, y mataron a dos líderes de la Yihad Islámica.
Según el último balance proporcionado por el jefe de los servicios de emergencias de la franja de Gaza, Muawiya Hasanein, desde el sábado los ataques aéreos israelíes han dejado un total de 345 muertos y 1.550 heridos. Christopher Guinness, el portavoz de UNRWA (la agencia de la ONU de ayuda a los refugiados palestinos), dio parte de 57 muertos civiles, de los cuales 21 son niños y siete mujeres.
Los hospitales se encuentran en un estado de «caos» absoluto enfrentados a un «flujo constante de heridos», nunca antes tuvieron que lidiar con tal cantidad de muertos y heridos.
Planeando la invasión, Israel dio luz verde el domingo a la movilización de 6.500 reservistas. Y ayer, se desplegaron en la frontera con la franja refuerzos de infantería y tanques blindados. Este sector fronterizo fue declarado «zona militar cerrada» por el Ejército israelí, una medida que suele ser el preludio de operaciones terrestres.