Los presidentes chino y norteamericano acordaron estrechar sus relaciones militares pese a las últimas fricciones
02 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.En su primer cara a cara, los presidentes Barack Obama y Dmitri Medvédev mostraron ayer su voluntad de abrir una nueva etapa en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia al anunciar el inicio de negociaciones para reducir sus arsenales nucleares. En su empeño de presentar el nuevo rostro de EE.?UU. tras las era Bush, Obama tuvo también ayer su primer encuentro con el presidente chino, Hu Jintao, con quien acordó mejorar las relaciones militares, tras repasar la complicada agenda económica.
La reunión entre Obama y Medvédev, celebrada en la embajada norteamericana en Regent's Park, duró 90 minutos, tiempo en el que decidieron renegociar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Start) de 1991, que vence en diciembre. Ambos líderes quieren acordar un nuevo tratado «que se distancie de la mentalidad de la guerra fría y establezca un nuevo comienzo en las relaciones entre los dos países», tal como indica el comunicado conjunto de la reunión. Pese a la euforia, altos funcionarios insistieron en que llegar a un acuerdo para diciembre no será «ni fácil ni simple».
Obama y Medvédev se mostraron ansiosos por demostrar que han «acabado con los tiempos en los que nuestros dos países se veían como enemigos». Buenas palabras, pero por ahora poca concreción sobre el papel acerca de las divergencias que los separan: el escudo antimisiles americano, la ampliación de la OTAN al Este, la invasión rusa de Georgia y la cooperación militar y nuclear de Rusia con Irán. Lo más tangible es que Obama aceptó la invitación de visitar Moscú en julio.
Divergencias
Sobre el escudo, se reconoce que «subsisten divergencias sobre los objetivos del despliegue», pero solo se apunta a que los dos mandatarios «hablaron de nuevas posibilidades de cooperación mutua». Muchos unen el destino del escudo a los otros temas pendientes entre las dos potencias. Por la cuestión de Irán también pasaron de puntillas y se limitaron a lanzar un llamamiento conjunto para que el régimen de los ayatolás «restablezca la confianza internacional», en alusión a su programa nuclear.
Pero si importante fue la reunión de Obama con el líder ruso, no lo fue menos la que mantuvo con el presidente de China, país al que viajará en la segunda mitad del año. Tras repasar la larga agenda económica que los trae a Londres, los presidentes acordaron «fortalecer los lazos en todos los niveles, incluido el militar, pese a las últimas fricciones que han ensombrecido las relaciones chinoamericanas. El almirante Gary Roughead participará en abril en el 60.º aniversario de la Marina china.
Ambos mandatarios abordaron asuntos como las conversaciones para la desnuclearización norcoreana o el programa nuclear iraní, así como de la situación en Sudán o en el sureste asiático.