Barack Obama pide ayuda a China en la guerra contra los insurgentes islamistas

Tatiana López

INTERNACIONAL

08 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Cumpliendo su promesa de buscar nuevos socios a nivel internacional, el presidente de EE.?UU., Barack Obama, mantuvo la madrugada de ayer una conversación telefónica con su homólogo chino, Hu Jintao, con quien debatió temas de interés común y desgranó temas internacionales y de seguridad, como la amenaza de los talibanes en Afganistán y Pakistán o el posible rearme nuclear de Corea del Norte.

Barack Obama también quiso pedir a Hu Jintao su máxima colaboración en la lucha contra los talibanes. Precisamente, durante los últimos años el gigante chino se ha convertido en uno de los grandes inversores en Afganistán y Pakistán, lo que lo convierte en uno de los socios más deseados por la Administración norteamericana para lucha contra el terrorismo, sobre todo debido a las tensas relaciones que Estados Unidos mantiene con otros países fronterizos como Irán.

Esta no es la primera vez que ambos líderes conversan por teléfono, ya que desde que tomó posesión, Obama ha llamado varias veces a su homólogo chino, con quien se reunió durante la pasada cumbre del G-20 en Londres, cita en la que ya mostraron su voluntad de «colaborar y mejorar las relaciones entre los dos países».

La amenaza norcoreana

Una buena relación que continuó con la llamada de ayer y en la que, según el comunicado hecho público por la Casa Blanca, los dos dirigentes hablaron ampliamente sobre el rearme nuclear de Corea del Norte, que en los últimos meses ha intensificado sus actividades en la base de Kilju, en la provincia de Hamgyong. Las autoridades militares de Seúl creen que el incremento de la actividad en este centro militar responde a su desarrollo de misiles intercontinentales y podría ser el preludio de una prueba, después del lanzamiento de un satélite el pasado 5 de abril, duramente criticado por la comunidad internacional.

Los delirios nucleares del régimen de Pyongyang, que tiene en China a su único aliado, ya pusieron en jaque a la comunidad internacional en el mes de octubre del 2006, cuando el régimen norcoreano llevó a término su primer ensayo nuclear en la base de Kilju.