El presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, consideró ayer que «ha habido progresos importantes en el diálogo sobre derechos humanos con China» a través de los foros regulares en los que los europeos expresan «diferencias muy importantes» a las autoridades de Pekín.
De este modo respondió Barroso al ser preguntado por la eficacia del diálogo en este campo con China, cuyas autoridades informaron ayer de la muerte de más de 140 personas en Xinjiang. «Nosotros no podemos sustituir a las autoridades chinas en lo que se refiere a asumir la responsabilidad que recae en ellas en cuanto a respeto de los derechos humanos», matizó el jefe del Ejecutivo comunitario.
Esta actitud condescendiente del presidente de la Comisión contrasta con la que mantuvo el de la República italiana, Giorgio Napolitano, que recordó ayer al presidente chino, Hu Jintao, de visita en su país, que el desarrollo económico impone «nuevas exigencias» en el campo de los derechos humanos. El presidente chino, que se se reunió con Napolitano en el primer acto oficial de su visita de Estado a Italia, la primera en diez años de un líder chino, no hizo ninguna declaración sobre los disturbios de Xinjiang.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a China diálogo y respeto a «las libertades de reunión e información» al ser interrogado sobre los disturbios. «Sea cual fuere el lugar en donde sucede o sucedió, la posición de las Naciones Unidas y del secretario general es clara: todas las diferencias, sean dentro de un país o de nivel internacional, deben ser resueltas pacíficamente a través del diálogo», declaró.
La policía holandesa detuvo ayer a 60 personas que se manifestaban delante de la Embajada de China en La Haya. Fueron arrestadas por negarse a seguir las órdenes policiales y por lanzar piedras contra el edificio diplomático.