El partido de Merkel sufre un revés político a un mes de las generales

EFE

INTERNACIONAL

En los estados de Turingia y el Sarre, donde hasta ahora gobernaba en solitario, la CDU habría bajado más de diez puntos y se situaría entre el 30 y el 35%.

31 ago 2009 . Actualizado a las 19:58 h.

La Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) de la canciller Angela Merkel ha sufrido una fuerte caída de votos en las elecciones regionales de Turingia y el Sarre (este y oeste), donde quedó muy por debajo de la mayoría absoluta que tenía, en unos comicios clave a un mes de las generales del 27 de septiembre.

En ambos estados, donde hasta ahora gobernaba en solitario, la CDU habría bajado más de diez puntos y se situaría entre el 30 y el 35%, según los sondeos a pié de urna de la cadena pública ZDF al cierre de los colegios electorales.

En el tercer estado en liza, Sajonia (este), donde lideraba una coalición con los socialdemócratas, los conservadores cedieron un punto para bajar al 40,5 por ciento.

El Partido Socialdemócrata (SPD) del aspirante a la Cancillería y ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier subió ligeramente en Turingia y se mantuvo aproximadamente en los mismos niveles que en las regionales de 2004 tanto en el Sarre como en Sajonia.

Tales resultados abren la posibilidad de un relevo en el poder a favor de una alianza entre socialdemócratas y La Izquierda, tanto en en Turingia como en el Sarre, en este caso contando con los Verdes.

La Izquierda, aglutinante de los pos comunistas y la disidencia del SPD en torno a su ex presidente, Oskar Lafontaine, se perfiló hoy como vencedora moral, ya que de fuerza extraparlamentaria en el Sarre pasó a rozar el 20 por ciento, mientras que en Turingia se mantiene como segunda fuerza (tras la CDU), con un 26 por ciento.

El Partido Liberal (FDP), al que los sondeos apuntan como posible nuevo socio de Merkel tras las generales, sumó puntos en el Sarre y Sajonia y logró entrar en el parlamento de Turingia.

Formar parte de un gobierno en el oeste, como el Sarre, sería un hito para ese partido, hasta ahora un proscrito en las coaliciones de esa mitad del país por aglutinar en sus filas a los pos comunistas, herederos del régimen germano-oriental.

Para el SPD, es una tentación, puesto que le permitiría arrebatar ese estado a la CDU en la recta final hacia las generales, en unos momentos en que su candidato Steinmeier está en los sondeos entre 14 y 15 puntos por debajo de Merkel en la carrera por la cancillería.

Steinmeier ha descartado la posibilidad de una alianza con La Izquierda a escala federal, por las diferencias insalvables con esa formación especialmente en materia de Exteriores, pero ha dejado carta blanca a sus líderes regionales para negociar una coalición en sus respectivos «Länder».

Para el SPD, cualquier colaboración con ese partido entraña riesgos, no sólo por la presencia de los pos comunistas en sus filas, sino también por la propia figura de su líder.

Lafontaine sacudió en 1999 el SPD con su doble dimisión, como presidente del partido y ministro de Finanzas del primer gobierno de Gerhard Schröder, en desacuerdo con la línea centrista de éste.