En la lista de naciones con medidas especiales están Cuba, Arabia Saudí, Yemen, Somalia, Irak y Afganistán
05 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Barack Obama regresó ayer al Despacho Oval con una tarea más en su ya apretada agenda: la renovada lucha contra el terrorismo tras el frustrado atentado del día de Navidad, que no solo trastocó sus vacaciones en Hawái, sino que le ha obligado a reelaborar su lista de prioridades políticas en un país sobre el que vuelve a planear la amenaza terrorista. En el primer puesto de esa lista está la revisión de los protocolos de la seguridad aérea, que ayer mismo comenzó con medidas más restrictivas en los aeropuertos: escáneres capaces de desnudar de forma digital a los pasajeros y cacheos exhaustivos. Ayer mismo revisó los informes de la CIA y se reunió con su asesor en antiterrorismo, John Brennan.
Diez días después del fallido atentado, la Administración para la Seguridad del Transporte (TSA, en inglés) anunció que desde ayer todo pasajero que llegue a EE.?UU. «de cualquier parte del mundo, desde o a través de naciones que patrocinan el terrorismo o de otros países de interés, tendrá que someterse a una mayor revisión». Así, los pasajeros procedentes de Cuba, Arabia Saudí, Nigeria, Yemen y de otros diez países son sometidos a mayores controles, como el uso de escáneres de cuerpo entero, registro corporal y una revisión exhaustiva de las maletas de mano.
La lista completa
La lista de países que según Washington patrocinan el terrorismo incluye a Cuba, Irán, Sudán y Siria, mientras que en la de «países de interés» figuran Afganistán, Argelia, Irak, Líbano, Libia, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Somalia y Yemen.
Los atentados del 11-S obligaron a Washington a adoptar mayores medidas de seguridad aérea. Ahora, tras el incidente del llamado terrorista del calzoncillo, ya no basta que los viajeros se quiten los zapatos o se deshagan de envases con líquidos en sus equipajes de mano.
Pero, de todas las medidas de seguridad, el uso de escáneres de cuerpo entero es lo que más críticas ha generado, pese a las garantías expresadas por el Gobierno sobre el respeto a la vida privada.
En total, 40 de esas máquinas están en funcionamiento en 19 aeropuertos, incluido el de Baltimore (Maryland) y el de Washington. La TSA instalará otros 150 de estos escáneres este año y ha conseguido financiación para otros 300. En cuestión de segundos, estas máquinas emiten ondas de radio y son capaces de ver a través de la ropa, y detectar mediante estas revisiones virtuales cualquier objeto oculto.
La Unión de Libertades Civiles de EE.?UU. (ACLU) denunció que esas revisiones violan la dignidad y privacidad de las personas, y consideró que si bien el Gobierno debe corregir las brechas de seguridad también debe hacerlo de forma «eficaz» y «juiciosa». La TSA afirma que las imágenes digitales son borradas de inmediato si no surgen anomalías.
La tecnología tiene sus limitaciones tanto por la cantidad de pasajeros sujetos a revisión como por el ingenio de los terroristas: hasta 2,5 millones de personas viajan solo en vuelos nacionales en EE.?UU., y, según advirtió en un blog Jay Stanley, experto en seguridad de ACLU, nada impediría que la próxima vez un suicida oculte un explosivo dentro de su cuerpo.
Entretanto, continúan las críticas contra la Administración de Obama no solo por los fallos en la seguridad, sino por su decisión de juzgar por la vía civil y no la militar a Umar Faruk Abdulmutallab, acusado de intentar volar el vuelo a Detroit con un explosivo que llevaba oculto en su ropa interior.
Por otra parte, los servicios secretos investigan la aparición de un muñeco con la imagen de Obama colgado de una cuerda en Plains (Georgia), la localidad natal del ex presidente Jimmy Carter.