Los niños se apoyan en familias de adopción para superar los trastornos provocados por el terremoto
INTERNACIONAL
El trabajo de este jueves ha supuesto una inyección de esperanza. Me ha tocado trabajar con una médica y dos enfermeras en la institución Aldeas Infantiles, que hoy da cobijo a 439 niños, aunque la cifra está en constante aumento. La calidad de las instalaciones que tienen a su disposición los más pequeños te da la sensación de que no estás en Haití, de que no tiene nada que ver con el resto del país.
Hemos empezado asistiendo a los niños que llegaron ayer, gran parte de ellos en situación de abandono sanitario. A juzgar por su estado, creemos que desde que nacieron nunca han sido atendidos. Las lesiones dermatológicas están a la orden del día, como las infecciones respiratorias. La desparasitación es el gran objetivo de las enfermeras, mientras que el mío es el cuidado de la salud mental de los niños en condiciones tan especiales. Debido a su número, he decidido trabajar en grupos clasificados por edades y recurrir a la terapia individual cuando sea necesario.
En la próxima visita a Aldeas Infantiles trabajaré con las madres y tías de alquiler que utiliza la organización como método de inserción de los niños en sus nuevas familias, y con el equipo psicopedagógico de la institución.
Excepto los muy pequeños, la mayor parte de los niños permanecen ingresados desde el terremoto con diversos tipos de trastornos y se hace necesario que los adultos que están a su cargo se ocupen de transmitirles protección y seguridad, sentimientos fundamentales para la buena evolución de su salud mental.
Volveremos allí para continuar el trabajo empezado.