La mayoría de los primeros 742 detenidos enviados a la prisión en Cuba en el 2002 serían inocentes, pero el Gobierno norteamericano consideró «políticamente imposible liberarlos».
09 abr 2010 . Actualizado a las 23:03 h.El ex presidente norteamericano George W. Bush y sus colaboradores sabían que muchos presos de Guantánamo eran inocentes pero temían que su eventual liberación fuera perjudicial para la «guerra contra el terrorismo», según un documento publicado este viernes por el diario The Times.
Esta acusación fue hecha por el coronel Lawrence Wilkerson, que era jefe de gabinete del ex secretario de Estado norteamericano Colin Powell, y es la primera por parte de un miembro de alto rango de la administración Bush.
La afirmación aparece en una declaración que acompaña a una demanda interpuesta por un ex detenido de la controvertida base norteamericana, de la que el periódico británico obtuvo una copia.
Wilkerson afirma en el documento que el entonces vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld sabían que la mayoría de los primeros 742 detenidos enviados a Guantánamo (en la isla de Cuba) en el 2002 eran inocentes, pero consideraban que era «políticamente imposible liberarlos».
«Hablé del tema de los detenidos de Guantánamo con el secretario Powell. Me enteré de que creía que no sólo el vicepresidente Cheney y el secretario Rumsfeld, sino también el presidente Bush, estaban implicados en todo el proceso de toma de decisiones de Guantánamo», escribió el coronel.
El coronel Wilkerson, que según el Times critica desde hace tiempo la política antiterrorista de Bush, dijo que una de las razones por las no querían liberar a los presos era que evidenciaría la «increíblemente confusa» operación de detención. Wilkerson afirma que muchos de estos detenidos, cuyas edades oscilaban entre los 12 y los 93 años, fueron entregados a Estados Unidos por las fuerzas afganas y paquistaníes a cambio de sumas de dinero -hasta 5.000 dólares- y sin pruebas de por qué habían sido capturados.
Alega también que Cheney y Rumsfeld consideraban que tener «gente inocente languideciendo en Guantánamo durante años estaba justificado por la más amplia Guerra contra el Terror y el pequeño número de terroristas responsables de los atentados del 11 de septiembre» de 2001 en Estados Unidos.
La declaración de Wilkerson acompaña la demanda interpuesta el jueves por Adel Hassan Hamad, un sudanés detenido en Guantánamo entre 2003 y 2007, por presuntas torturas de agentes estadounidenses, siempre según el Times.
El diario señala que se da por supuesto que Powell, que dejó la secretaría de Estado en 2005, apoya la declaración. Cuando asumió su cargo en 2009, el nuevo presidente estadounidense Barack Obama prometió cerrar Guantánamo antes de finales de enero de 2010, pero pasado el plazo la prisión sigue encerrando todavía unos 180 detenidos.