La conferencia sobre el TNP se abre mañana entre el optimismo por los avances en desarme y el temor a un nuevo fracaso
02 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Hace un mes las agujas del reloj del fin del mundo, el alegórico artefacto que señala la inminencia de una hecatombe atómica desde 1947 en la Universidad de Chicago, retrocedieron un minuto hasta situarse en las 23.54 horas. Es decir, a seis minutos de la medianoche, símbolo del eventual día del apocalipsis atómico. El motivo: los pasos dados a favor del desarme nuclear por Barack Obama y Dimitri Medvédev.
Con el deseo de que las manecillas se alejen más, arranca mañana en Nueva York la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Pero el optimismo por los nuevos tiempos en política internacional chocan con el temor a un nuevo fracaso y al protagonismo de uno de sus invitados: Mahmud Ahmadineyad.
El ultraconservador presidente iraní llega dispuesto a dar guerra, en momentos en que Occidente está a punto de aprobar nuevas sanciones contra el país persa en el Consejo de Seguridad de la ONU. Hillary Clinton ya le ha advertido ante cualquier intento de «distraer la atención» con sus habituales acusaciones.
Treinta y cinco años después de su entrada en vigor, el Tratado de No Proliferación Nuclear se encuentra muy lejos de sus objetivos: impedir la propagación de armas atómicas y promover el uso pacífico de la energía nuclear. Desde 1995 ha visto impotente como la India, Pakistán e Israel se hacían con ojivas nucleares y como Irán y Corea del Norte avanzaban en la producción de uranio enriquecido y las pruebas atómicas .
En las últimas dos revisiones quinquenales, los años 2000 y 2005, la Administración Bush imposibilitó alcanzar un documento de consenso ante su ansia de castigar a Irán. Esta disputa nuclear podría volver a ensombrecer la revisión del TNP.
La posibilidad de que China decida no frenar las sanciones ha hecho reaccionar a Irán y la incógnita es si tendrá algún as bajo la manga. Cuenta además con dos países dispuestos a defender que las sanciones no son el camino: Brasil y Turquía. El titular de Exteriores brasileño, Celso Amorim, será uno de los pocos ministros que participen en la cumbre, junto con Miguel Ángel Moratinos y Clinton.
Otro tema que está en la agenda de la cumbre es liberar a Oriente Medio de armas de destrucción masiva. Y aquí entra Israel. Los países árabes, con Egipto y Arabia Saudí al frente, abogan por una obviedad: cómo señalar a Irán cuando se ignoran las ojivas nucleares israelíes. Muchos desafíos que rebajan el optimismo desatado por lo logrado por EE.?UU. y Rusia.