Los liberales desairan a Merkel y se ofrecen a SPD y a Verdes en Renania

Enrique Muller BERLÍN.

INTERNACIONAL

Pretenden obtener mayores cuotas de poder en Berlín con la llamada coalición semáforo

12 may 2010 . Actualizado a las 02:12 h.

La crucial partida de póker política que se dirime en Renania del Norte Westfalia recibió ayer una inesperada apuesta de un jugador que no estaba invitado y que puede hacer realidad el sueño de Hannelore Kraft, la candidata del SPD, de convertirse en la jefa de Gobierno del estado más poblado del país. En un sorpresivo e interesado cambio de estrategia, el FDP (los liberales) ofreció al SPD y los Verdes negociar su participación en un futuro Ejecutivo. Pero los líderes regionales del FDP condicionaron su participación con una exigencia con fuerte sabor a chantaje. El presidente del partido en el estado, Andreas Pinkwart, exigió al SPD y a los Verdes que cancelen una posible negociación con el partido La Izquierda.

La oferta de los liberales puede hacer realidad un sueño que ya tenía el ex canciller Gerhard Schröder en septiembre del 2005. Después de ser derrotado en las urnas por Angela Merkel, buscó formar una alianza con el FDP y los Verdes para mantenerse en el poder; pero su plan fracasó a causa del firme rechazo de Guido Westerwelle, lo que precipitó la formación de un Gobierno de gran coalición. Si el SPD y los Verdes aceptan la oferta liberal y firman una alianza con el FDP, que les permita formar el nuevo Gobierno regional, el estado volvería a convertirse en una probeta política, cuyo resultado podría tener una enorme repercusión nacional, además de afectar al Gobierno federal.

Antes que nada, el nacimiento de la llamada «coalición semáforo», bautizada así por el color de las tres formaciones, rompería el simbólico cordón umbilical que une a los liberales con el partido de Merkel y dejaría abierta la posibilidad para nuevas alianzas en otros estados federados, lo que aumentaría las opciones de poder del SPD y del partido que dirige Westerwelle.

La hipotética alianza también le devolvería una considerable cuota de poder al líder de los liberales en el seno del Gobierno en Berlín y un mayor margen de maniobra para revivir algunos de sus proyectos que han sido congelados a causa de la nueva relación de poder que reina en el Bundesrat.

Además, el hipotético nacimiento del Gobierno semáforo resucitaría una rara tradición que ha marcado la vida política en Alemania desde hace 44 años. Toda la familia política germana sabe que un cambio de Gobierno en el estado ha provocado también una alternancia del Ejecutivo en el país.

En 1966, el SPD y el FDP dieron vida a una alianza que hizo posible, tres años después, el triunfo de Willy Brandt. Casi treinta años más tarde, la coalición del SPD y los Verdes en el estado catapultó al poder, en 1998, a Gerhard Schröder, que pudo destronar a Kohl. El oráculo renano volvió a cobrar actualidad en mayo de 1995, cuando el SPD sufrió una derrota humillante que obligó a Schröder a adelantar los comicios nacionales, una medida que llevó al poder a Angela Merkel.