Una aristócrata y una española, las dos mujeres tras el Gobierno

Imanol Allende LONDRES/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Samantha Cameron, la primera dama más joven desde 1955, no tendrá problemas para entenderse con Miriam González

13 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Se dijo durante la campaña electoral con cierta emoción, pero poco convencimiento: ¿y si en unos días hubiera una española en Downing Street? Y es que la mujer del líder liberaldemócrata, Nick Clegg, Miriam González, es una abogada española. La respuesta ayer era un no, pero sí, ya que Nick, al ocupar el cargo de viceprimer ministro, se verá obligado a acudir a numerosos actos acompañado de su esposa. Por lo tanto, no existe una primera dama británica de origen español, pero sí una segunda, aunque su papel no está previsto.

La primera es Samantha, que a sus 39 años se ha convertido en la más joven en ese puesto de consorte en medio siglo, en concreto desde 1955, cuando lady Eden, esposa de Anthony Eden, acompañó a este al número 10 con tan solo 34 años. Samantha está embarazada y tiene previsto dar a luz en septiembre. Cuando ocurra será la segunda vez en 150 años que un primer ministro en activo tiene un hijo. El otro fue Tony Blair.

La oveja negra

Sam Cam, como la llama la prensa inglesa, es la hija mayor de sir Reginald Sheffield, octavo barón, y de Annabel Jones, que se volvió a casar con William Astor, cuarto vizconde Astor. A pesar de su entorno aristocrático y su exclusiva educación, Sam siempre ha pasado por ser la oveja negra de la familia. Fue amiga del músico Tricky y lleva un delfín tatuado en un tobillo. Se casó con Cameron en 1996. Tiene dos hijos, Nancy de seis años, y Arthur Elwen, de cuatro. En el 2009 murió el mayor, Ivan, que sufría parálisis cerebral. Es directora creativa de una empresa de marroquinería.

Las dos mujeres deberán de conocerse más a partir de ahora, aunque a primera vista ambas muestran un estilo de vida muy distinto. Miriam trabaja en un despacho de abogados internacionales en Londres. Y saltó a los titulares ingleses cuando indicó que no podía abandonar su trabajo durante cinco semanas para acompañar a su marido. Ayer, la versión en línea del Daily Mail informaba de que esta vallisoletana había acudido a su trabajo «sin rastro de maquillaje, con gafas de sol y un abrigo beige, como si se tratara de otro día normal». También indicaba que si sus maridos han demostrado ser capaces de forjar una alianza, ahora es el turno de las esposas de mostrar una cualidad parecida.

Da la impresión de que Sam y Miriam no tendrán problemas en relacionarse. Son inteligentes, emprendedoras e independientes. Quizá existen más puntos en común entre ellas que entre Sam y Sarah, la esposa de Gordon Brown. Como ocurre con el Gobierno de sus esposos, habrá que esperar para ver cómo evoluciona la relación.