Por qué los niños tienen más opciones de sobrevivir en un accidente aéreo

Fernando Heller BRUSELAS/DPA.

INTERNACIONAL

14 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Milagros? El hecho de que en los últimos años hayan sido varios los accidentes de avión en que se han salvado niños no es un fenómeno inexplicable para la ciencia o desconocido para la estadística. Por el contrario, según datos de la agencia de control del tráfico aéreo en Europa, Eurocontrol, es lo más frecuente. Sus números revelan que desde 1970, en las mayores tragedias de la aviación comercial, de 15 supervivientes, ocho eran niños.

Según explica Benno Baksteen, experto holandés en accidentes aéreos, citado por la televisión holandesa NOS, «es un milagro que alguien sobreviva a una catástrofe aérea, pero si alguien se salva, tiene más probabilidades de ser niño». «El motivo es que tienen una masa corporal menor. Es tan sencillo como que si un adulto o un niño se caen de una escalera, a la misma altura, el adulto sufrirá heridas más graves: si eres más liviano y ocupas menos espacio, tienes más posibilidades de sobrevivir», explica.

Para Baksteen, el hecho de que Ruben haya permanecido en su asiento fue determinante para salvar la vida. «Si no hubiese permanecido allí, habría muerto también. Debido a su menor masa corporal en el momento del descenso violento del aparato, experimentó menor presión sobre el cuerpo», asegura.

Esa fuerza, según los expertos, es la misma que se experimenta al bajar o subir en un ascensor de manera muy veloz, o, en mucha mayor intensidad, la que experimenta, por ejemplo, el piloto de un avión de combate o un astronauta en el momento del ascenso del cohete (fuerza de aceleración G).

La misma situación que ha vivido Ruben, al que ayer, de manera unánime, la prensa holandesa e internacional calificó de héroe, fue la que pasó Juliane Kopcke, de 17 años, cuando el avión en el que viajaba entró en una fuerte zona de tormenta en 1971 e hizo una caída en picado, cuando volaba por encima de la selva amazónica de Perú. Gracias a que tenía el cinturón de seguridad abrochado, y que su masa corporal era menor que la de un adulto, logró sobrevivir.

Mención aparte merece el caso de la niña de 12 años Bahia Bakari, la única superviviente de la tragedia aérea de un aparato de Yemenia Airlines, accidentado en el 2009. El avión en el cual viajaba se estrelló en el océano Índico, en aguas de las islas Comores. Ella fue la única que sobrevivió. Los otros 152 ocupantes del avión perecieron.

Según los expertos, hay algunos consejos útiles, y basados en el sentido común, para incrementar las posibilidades de sobrevivir a un accidente aéreo: sentarse cerca de la salida de emergencia, leer cuidadosamente las instrucciones de seguridad, no beber alcohol, para no disminuir los reflejos, o mantener el cinturón de seguridad abrochado durante todo el vuelo.

Con todo, estadísticamente, los niños tienen más posibilidades de contarlo.