Congresistas de EE.UU. piden a la UE en Madrid que mantenga su posición común sobre Cuba
INTERNACIONAL
EE. UU. quiere que la Unión Europea mantenga su posición actual de bloqueo respecto a Cuba y así se lo han transmitido al Gobierno español, que ostenta la presidencia de la UE, coincidiendo con la reunión que los Veintisiete celebrarán el día 14 en Bruselas.
Precisamente, esta ha sido una de las cuestiones más polémicas de la LXVIII Reunión Interparlamentaria entre la UE y EE.?UU., que ha reunido a representantes del Parlamento Europeo (PE) y del Congreso de Estados Unidos en el Senado, con el objetivo de intercambiar posturas en materia de política exterior y cooperación bilateral, entre otros.
De hecho, el ministro Miguel Ángel Moratinos, que el sábado intervino en la reunión, y dos representantes del Gobierno de EE.?UU. discreparon acaloradamente, según han explicado algunos de los presentes, por la postura española, más partidaria de flexibilizar la política exterior con Cuba. Este incidente se produjo también después de que el ministro fuera recibido, en la sala donde se estaban celebrando las jornadas, con un cartel en el que se podían ver fotografías de varios presos cubanos.
El congresista republicano Mario Díaz-Balart aseguró ayer que Moratinos, con su intervención -sobre la postura española-, «rompió todas las normas diplomáticas», hecho que, según ha dicho, llegó a darle «un poco de vergüenza ajena».
Democracia
No obstante, y después de subrayar las discrepancias que mantienen ambos países respecto a Cuba, Díaz-Balart ha restado importancia al incidente porque en el fondo, ha añadido, España y Estados Unidos comparten el mismo fin: «La llegada de la democracia a la isla».
Por ello, ha confiado en que la Unión Europea mantenga la misma postura que ha tenido con la isla en los últimos 13 años.
La eurodiputada socialista María Badia ha opinado que la postura de Díaz-Balart había sido un poco demagógica y propagandística, y ha lamentado que la defendiera en un foro que, en su opinión, no era el adecuado.
Respecto a la reunión del día 14, ha señalado que, a pesar de que la propuesta española de «repensar» la política con Cuba no cuenta con el apoyo del PE, «vale la pena insistir en ella, porque cuando se tienen convicciones fuertes, hay que tratar de impulsarlas».
La presidencia española de turno se esforzará hasta el final para tratar de que la UE suavice su política hacia Cuba, aunque asume que no será posible suprimir la posición común vigente desde 1996, que supedita el diálogo al máximo nivel con el régimen castrista a que avance hacia la democracia.
La falta de gestos suficientes en favor de los presos políticos por parte de Raúl Castro y el rechazo de varios socios europeos a flexibilizar la actual postura son los principales obstáculos para cambiar la posición común.