Una muy discreta delegación belga partió ayer del aeropuerto de Bruselas para asistir a la conmemoración del 50 aniversario de la independencia del Congo, que se celebra hoy en la capital de la antigua colonia belga, Kinshasa. Encabezan la misión el rey Alberto II y la reina Paola, y los acompaña el primer ministro en funciones, Yves Leterme, que será el encargado de pronunciar el único mensaje político de Bélgica a la República Democrática del Congo con motivo de la ocasión.
Ayer, Alberto II se reunió durante una hora con el presidente Joseph Kabila.
La presencia de Bélgica en la conmemoración de la independencia congoleña ha sido objeto de un intenso debate en todas las instancias políticas de ambos países. Las relaciones de la metrópoli con la ex colonia no son buenas y dan lugar a sobresaltos periódicos. En el 2007, un intento de viaje de Alberto II al país se vio frustrado por el mal clima existente entre ambas capitales. Por ello, el viaje ahora del jefe del Estado belga, aunque de perfil bajo, es considerado «histórico»; desde la visita de Balduino al país, hace ahora 25 años, los monarcas belgas no habían vuelto a aquellas tierras.