El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afronta sondeos desfavorables, tensiones sociales y un aluvión de críticas internacionales por medidas como la expulsión de gitanos o su proyecto de reforma de las jubilaciones.
Según dos sondeos divulgados ayer, un 62% de los franceses no desea que Sarkozy vuelva a presentarse en la elección presidencial del 2012, donde de todos modos sería ampliamente derrotado por la socialista Martine Aubry o por el también socialista Dominique Strauss-Kahn, actual director del FMI.
Para el politólogo Braud, el «estilo» del mandatario «exaspera» a sus conciudadanos, y el también experto Rozes, subraya «la paradójica» situación de Francia, «que resiste relativamente bien ante la crisis económica», pero cuyo presidente afronta una «crisis moral».
Según Frédéric Dabi, del instituto de sondeos IFOP, la opinión pública considera que el Gobierno impulsa una «política que favorece a los ricos».