El Gobierno de Marruecos ve la mano negra de la vecina Argelia en lo sucedido en El Aaiún. «Los actos de vandalismo han sido perpetrados por elementos del campamento de Gdim Izik a sueldo del Frente Polisario y la inteligencia militar argelina», destaca el diario socialista Al Ittihad Ichiraki .
El rotativo asegura que han sido arrestados dos oficiales superiores argelinos con grado de comandante. «Estas detenciones atestiguan la calidad y nivel de implicación de Argelia, país para el cual es una prioridad nacional desestabilizar a Marruecos», señala el periodista Admed Saaidi, de Libération .
Según destaca este periódico de tendencia socialista, la misión de las Naciones Unidas para el referendo del Sáhara Occidental (Minurso) habría elaborado un detallado informe, que incluye fotografías y vídeos, dirigido al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el que se pone de relieve la intervención del Polisario.
Dos víctimas civiles
Con la muerte de un nuevo miembro de las fuerzas de seguridad que estaba herido, con lo que suman once, y Brahim Daudi, segunda baja civil reconocida por Marruecos, el número oficial de muertes se eleva a trece.
La prensa marroquí, que sí ha podido acceder a la capital administrativa saharaui, habla de vuelta a la calma. Un periodista de Atlantic Radio (independiente) desplazado a El Aaiún señalaba, no sin cierta ironía, cómo algunos saharauis ya habían pasado página, centrando sus discusiones en el precio del kilo de cordero, con vistas a la inminente fiesta musulmana del sacrificio.
Los rotativos marroquíes coinciden en señalar el restablecimiento de la situación, la apertura de comercios y cafés. La presencia policial, eso sí, sigue siendo muy acusada. «Todavía buscamos a varios de los implicados en los disturbios y no pararemos hasta dar con ellos», declaró Mohamed Djisi, prefecto de la policía de El Aaiún.
Hasta el momento son 78 las personas que han comparecido ante el Tribunal de Apelación de la ciudad por su supuesta participación en los incidentes.
Un alto responsable del Ministerio de Comunicación justificó el veto a los medios españoles diciendo que «A la luz del histórico tratamiento malintencionado que prima en los medios españoles hacia Marruecos, no nos sorprende la reacción. Pero no podemos tolerar que se viertan mentiras sin respetar los principios elementales de la profesión periodística y no se respeten las leyes de un país soberano».