Ambos dirigentes pasan revista a las crecientes tensiones entre sus países
19 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El presidente chino, Hu Jintao, llegó ayer a EE.?UU. para su primera visita oficial desde que Obama está en la Casa Blanca. Y Washington ha tirado la casa por la ventana: salvas de honor, cena privada con los Obama, cena de Estado mañana? Todo aquello que se reserva para agasajar a los mejores aliados ha sido desplegado para recibir al presidente de la potencia asiática, pese a sus profundas diferencias en el plano económico, en derechos humanos y de asuntos geopolíticos pendientes.
Todo muy diferente a la visita anterior de Hu en el 2006, con George W. Bush como presidente. Entonces hubo graves errores de protocolo, como anunciar el himno como el de la República China, nombre oficial de Taiwán, y no de la República Popular China. Bush le ofreció un almuerzo, mucho menos prestigioso que una cena, y mientras Pekín calificó ese viaje como una «visita de Estado», EE.?UU. no lo consideró como tal.
Así no es de extrañar que los medios locales se refieran al viaje de Hu Jintao como la visita a Estado más importante de los últimos 30 años. Estados Unidos y China son los dos grandes colosos mundiales; por el momento el país norteamericano va a la cabeza, pero eso podría cambiar en los próximos años. Las relaciones entre ambos países han adquirido mucha más fluidez desde que Obama llegó a la Casa Blanca, aunque eso no quiere decir que estén exentas de fricciones: económicas, militares, por los derechos humanos... Todo entre China y Estados Unidos es complejo.
Pero el recibimiento a Hu Jintao ha sido a lo grande. El vicepresidente Joe Biden lo esperó en el aeropuerto y, por la noche, algo que Obama reserva para muy pocos, hubo una cena privada. En ella, junto al presidente estadounidense y su mujer, participaron la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el consejero de Seguridad Nacional, Tom Donilon.
Aunque el gran día será hoy con una reunión en la Casa Blanca entre ambos mandatarios seguida de rueda de prensa conjunta y, por la noche, una cena de Estado. Mañana, Hu parte hacia Chicago donde continuará su visita centrada ya exclusivamente en asuntos económicos.
Ese está siendo el tema cumbre de esta reunión. Ya antes de la llegada de Hu, enviados de ambos países habían firmado el lunes acuerdos por valor de 600 millones de dólares.
Los intereses y desacuerdos entre ambos Gobiernos son innumerables y la visita es complicada para los dos presidentes. Hu Jintao llegó a Washington justo con el inicio de las mayores maniobras militares en Taiwán en cinco años. Y Obama, que el año que viene se enfrenta a la reelección, tiene sobre si la mirada de los republicanos que criticarán cualquier gesto que pueda ser visto como debilidad frente al gigante asiático.
Por todo ello, se ha extremado la organización de la visita. Incluso hace quince días se ultimaron algunos detalles.